Otro frente de tormenta sobre el gobierno de Macri

El juicio de encubrimiento por el atentado a la AMIA desnudó una pelea en la que deberá intervenir hasta Alfredo Cornejo. El escándalo será importante.

Otro frente de tormenta sobre el gobierno de Macri

Por: Mendoza Post

El presidente Mauricio Macri está navegando una pelea feroz dentro de su propio gobierno a raíz del juicio por el encubrimiento del atentado a la AMIA. Soterrada aún, pero pronta a producir un estallido importante de consecuencias políticas imprevisibles; porque abre frentes con sus socios principales: la UCR conducida por el gobernador de Mendoza Alfredo Cornejo, y la líder de la Coalición Cívica-ARI Elisa Carrió.

La pelea lleva meses pero estalló la semana pasada, cuando el Ministro de Justicia Germán Garavano decidió que el gobierno nacional no acusaría a los dos ex fiscales Eamon Mullen y José Barbaccia por encubrimiento del atentado, que produjo la muerte de 85 personas el 18 de julio de 1994. La decisión fue contraria a la adoptada por el ministerio público fiscal a través de la Unidad Fiscal AMIA, aquella que condujo el fiscal Alberto Nisman hasta que fue asesinado. Y además, contradijo la postura del titular de otra unidad conducida por el radical Mario Cimadevilla, pero que depende del ministerio de Justicia que conduce Garavano: La Unidad Especial De Investigación del Atentado a la Sede de la AMIA. Cimadevilla propiciaba acusar a los ex fiscales, igual que al ex juez Juan José Galeano y a otros personajes de la época del atentado. Por eso, está a punto a salir eyectado del gobierno. Aunque se espera una intervención política de Elisa Carrió en su defensa.

Mario Cimadevilla, aún titular de la Unidad AMIA del ministerio de Justicia.

Cimadevilla y Garavano vienen pulseando desde hace meses. De hecho, el ministro habría planteado al presidente Macri el fin de la unidad de apoyo a la investigación, un organismo auxiliar y ejecutivo creado por el gobierno nacional a poco de llegar al poder. El ministro argumentó “falta de resultados” y presupuestos que -a criterio de Garavano- no estarían justificados. Pero la pelea de fondo se fue sustentando en las diferencias de opinión respecto de los fiscales Mullen y Barbaccia y las acusaciones que -Cimadevilla sostenía- debían hacerse. Según citan colegas de los diarios Clarín y La Nación, el ministro Garavano defiende a los ex fiscales porque sustentaron la pista iraní que luego siguió Alberto Nisman, y que hoy mantiene bajo proceso a Cristina Fernández de Kirchner, al ex canciller Timerman, y al piquetero Luis D’Elia, entre otros. Pero hay quienes sostienen que Nisman terminó peleado con los ex fiscales juzgados, y que habría tenido con uno de ellos un incidente violento en la puerta de un juzgado.

La posición de Cimadevilla estuvo nutrida mucho tiempo en la investigación y la tarea de una abogada de confianza íntima de Elisa Carrió. Se trata de la doctora Mariana Stilman, quien en marzo del año pasado dejó la representación de la querella dando un portazo, por diferencias irreconciliables con los abogados de “enlace” que ponía Garavano. Stilman fue encomendada por Carrió a Garavano, y ahora es parte del equipo de la líder de Coalición Cívica-ARI como su jefa de despacho. Fue la abogada que armó con Carrió el juicio político por el que fue destituido Galeano en 2005, acusado de pagar sobornos y de falso testimonio. Es decir, una abogada que conoce bien el caso, por dentro.

La decisión

Garavano decidió intervenir la Unidad Especial AMIA, despojar a Cimadevilla –quien aún no renuncia- de las decisiones, y no acusar a los ex fiscales en la causa federal 1906 conocida como “AMIA 2”, o juicio por el encubrimiento que se tramita en el Tribunal Oral Federal 2 de la Capital Federal. El abogado José Console (que integra la unidad) fue el encargado de alegar en nombre de la Unidad AMIA, por orden del ministro de Justicia. Console es un hombre de Daniel Angelici, el presidente de Boca a quien Elisa Carrió ha denostado en más de una oportunidad, por sus operaciones en la Justicia. Tanto, que hasta es Secretario del Tribunal de Disciplina de Boca. La decisión oficial fue no acusar a los ex fiscales Mullen y Barbaccia. “No se ha podido arribar a una plena convicción de su participación en los hechos”, sostuvo Console al anunciar que la unidad que integra –y que Cimadevilla aún preside, pero con margen nulo de maniobra- no coincidirá con la Unidad Fiscal AMIA (que depende del Ministerio Público) que solicitó 8 años de prisión para los ex fiscales y 13 años para el resto de los imputados.

Ex juez Galeano, uno de los acusados.

En el juicio se investiga el pago de 400.00 dólares al reductor de autos Carlos Telleldín, para que presentase una versión distinta a los hechos del atentado. Ese pago y el abandono de la “pista siria” son investigados en este juicio como hechos relevantes.

Console dijo que no se logró demostrar la "probabilidad de que los imputados hubiesen conocido algunas circunstancias que rodearon el pago de los 400 mil pesos-dólares a Carlos Telleldín”, algo que no es compartido por Cimadevilla y por otros abogados del organismo, que entró en crisis. Tampoco por los fiscales que pidieron penas de 8 años para los ex fiscales.

En este juicio están siendo juzgados –además de los ex fiscales que Garavano decidió no acusar- el ex presidente Carlos Menem, el ex juez federal Juan José Galeano, el ex jefe de la SIDE Hugo Anzorreguy y el ex titular de la DAIA Rubén Beraja, para quienes sí pedirá pena la Unidad AMIA del ministerio de Justicia.

La decisión de no acusar a los ex fiscales generó repudio entre familiares del atentado, pero recibió el apoyo de las autoridades de la AMIA, con lo que el tiempo de permanencia de Cimadevilla en el gobierno estaría contado en horas.

Carrió y Cornejo

El titular de la Unidad AMIA, Cimadevilla, es un radical de pura cepa. No es de los radicales más afines al PRO y en su provincia, Chubut, ha tenido notorias diferencias con el partido del presidente. Aunque integra Cambiemos en aquella provincia, el PRO chubutense coquetea permanentemente con el partido en el poder, Chusoto, que era conducido por el fallecido gobernador Mario Das Neves. En su provincia le dicen “el gallego” y ha detentado poder partidario por años. De hecho, hay una corriente “cimadevillista” en la UCR chubutense desde hace años. Fue legislador provincial, ministro, candidato a gobernador, senador nacional, presidente del partido varias veces. No se va a entregar, sin generar consecuencias políticas de proporciones. Hasta ahora ha hecho silencio, pero hoy mantendría una reunión con Elisa Carrió por la posición final del gobierno en la Causa “AMIA 2”. Lo mismo haría con los jefes radicales de los bloques legislativos, y con el presidente del partido, el gobernador Alfredo Cornejo, quien esperará a hablar con Cimadevilla y probablemente con Garavano, antes de decir palabra.

El gobernador de Mendoza y la líder del ARI arbitrarán en el conflicto.

“Lo que pasó con Triaca va a parecer un chiste al lado de esto…” dicen quienes trabajan con el patagónico Cimadevilla, en tanto fuentes de la Casa Rosada confirmaron al POST que hay cierto temor por el apoyo probable de Carrió al funcionario “vaciado” por Garavano, lo que incluiría una nueva batería contra el ministro de Justicia y contra Daniel Angelici.

Una interna muy fuerte, profundamente política, e institucional; es la que sacude al gobierno. Porque se trata del mayor atentado terrorista contra la Argentina, y por el que el país asumió el compromiso internacional de ayudar a resolver las muchas incógnitas que aún mantiene.

Queda una pregunta sin responder. Por qué realmente el ministerio de Justicia decidió llevarse puesta la Unidad AMIA de su ministerio (que no es la del fiscal Nisman, no confundir, aunque se denominan parecido) y defender a los ex fiscales Mullan y Barbaccia. “Hay que indagar en las relaciones jurídicas de Garavano” dicen los que defienden la acusación. “Es mentira, no hay pruebas” afirman los otros.

Como en muchos otros asuntos de la política argentina, hoy será clave el rol de Carrió. La única que tiene “superpoderes”. Y que en abril del año pasado ya denunció a Garavano en la Oficina Anticorrupción por abuso de poder, cuando advirtió que la querella por el encubrimiento al atentado a la AMIA cambiaba de rumbo.