Canay, de Bodegas de Argentina: "A Coviar sólo le interesó lamer al poder"

El mundo del vino hierve por la economía, pero también por las posturas de los sectores. Revelaciones tremendas de la relación entre la industria y el poder político.

Canay, de Bodegas de Argentina: "A Coviar sólo le interesó lamer al poder"

Por:Ricardo Montacuto
Director Periodístico

 Difícilmente Juan José Canay, el presidente de Bodegas de Argentina, haya dicho cosas tan fuertes antes en reportaje alguno.

Tal vez el enojo por una economía que le da la espalda a las economías regionales, tal vez aquello de “bodegueros panqueques” que escribimos en el Post, seriando discursos de la “institucionalidad” del vino en los últimos años, cuando fueron cambiando del aplauso y el entusiasmo (con dólar alto) a la crítica tibia primero y algo más caliente después, pero muy difícilmente cruzando de frente a los funcionarios que por acción, omisión, convicción, ideología o alcahuetería pura, han generado el marco en el que pasan dificultades desde el productor pequeño hasta los gigantes acopiadores de vino, trasladistas, elaboradores enormes como Baggio o Peñaflor… Qué hablar de las bodegas Premium que exportan. Las cifras malas lo han sido para todos. No sólo para algunos.

En verdad hay que sentarse frente a un periodista y decir “A la Coviar le interesa lamer al poder”. Se ve que las cosas no están bien entre los distintos actores del vino, que aparecían unidos en aquella protesta de enero. Parece que luego cada uno siguió su ruta.


Hay que leer a Canay, el representante de las más de 200 bodegas de Bodegas de Argentina. Es poco probable que un representante de la industria del vino diga tanto y todo junto ante un medio. Con un valor agregado. El hombre es ejecutivo del Grupo Peñaflor, uno de los grandes del negocio, aunque se cuidó de aclarar muy bien que sólo hablaba en nombre de Bodegas de Argentina. 

La relación con el gobierno, los "castigos", los "ruegos" a funcionarios, los intereses cruzados, el dólar. Y por qué le va mal ahora al vino argentino. La charla nació de una suerte de “derecho a réplica”, por aquellos del "panquequismo" de la industria.

-Cuando tuvieron oportunidades públicas de hablar con los funcionarios y decirles en la cara lo mal que van las cosas, las políticas erradas o lo que fuere, no lo hicieron. Han sido tibios… Ustedes, la Coviar…

-¿Cuándo, dónde?

-En los agasajos y en los desayunos…

-No somos lo mismo. Coviar y “Bodegas…” somos cosas distintas. Hay un montón de cámaras… No es lo mismo.

-Ya lo sé. Pero ante el poder han tenido actitudes parecidas. ¿Por qué?

-Yo estimo que no. Coviar y nosotros somos cosas distintas. Yo creo que a la Coviar, que ha tenido distintos presidentes, antes con Eduardo Sancho, luego con Lorenzo Capece, lo único que le ha interesado es estar cerca del poder. Acercarse al poder… Y lamer al poder. Si vos analizás los discursos, fue exactamente eso…

-Canay… Lo estoy grabando.

-Sí, está bien. El asunto es que lo que hacían en la Coviar era darles “loas” a los funcionarios nacionales que venían, que no nos daban casi nada, pero el asunto era quedar bien con ellos. El primer discurso real serio de la Coviar donde se dice realmente lo que está pasando es el que dio Hilda Vaieretti este año. El primero. 


"Si revisás los discursos de antes, eran alabanzas al gobierno nacional"

-En el del año pasado, algo dijo…

-Bueno, alguna cosita. Pero antes, eran todas alabanzas… Vayan a revisar los discursos de Capece. Un día casi se puso a llorar porque estaban los funcionarios ahí. Y antes, los de Sancho, lo mismo.

-Tienen razones políticas para eso. Un plan estratégico que cuesta muchísimo dinero, un presupuesto enorme…

-No es así. Primero, que el presupuesto no es enorme. Segundo: el dinero de la Coviar lo ponemos los productores y las bodegas. El gobierno no pone casi nada. El año pasado, el gobierno de la provincia dijo que iba a poner cinco millones de pesos, luego tres, y finalmente no puso un peso. Otros gobiernos, de otras provincias, han puesto 500.000 pesos. Lo que sí hubo fue un crédito del BID de 50 millones de dólares, y de eso sí se hizo cargo la Nación. Fue un subsidio que se usó para ayudar a pequeños productores a poner palos, mejorar el riego… esas cosas. Fue el Proviar I que se acabó, y ahora queremos el Proviar II pero como no hay crédito, no aparece. No nos lo han dado ni creo que nos lo den.

-Volviendo a la discusión original nosotros después de 2010 empezamos a hablar de la inflación, y de los problemas que veíamos.

-En ningún discurso leí ni escuché sus quejas, por el uso de un ministro… ¡Un ministro! Que les hacía prácticamente la cadetería para que les destrabe las importaciones, o las devoluciones de IVA… De esas cosas no hablaban… Gestiones bodega por bodega…

-¡Pero hemos pedido! Por los reintegros atrasados, por las devoluciones, por los derechos de exportación… es una locura que nos cobren derechos, retenciones, para exportar un producto terminado que llega con marca a las góndolas del exterior… ¿Cuántos productos terminados exporta la Argentina? Nómbreme cinco…

-No puedo. No hay…

-Bueno. Por eso nos cobran derechos de exportación, que es una locura. No es de ahora. Lo instrumentó Lavagna cuando asumió con Kirchner, para solventar los planes sociales.

-¿Y entonces?

-Cuando uno plantea algo debe tener un objetivo, y que se cumpla. Si no nos poníamos a negociar cada cosa con el gobierno nacional o con el provincial, no conseguíamos nada. Si como presidente de Bodegas de Argentina me ponía en una radio a decir “este gobierno es un desastre”, lo único que conseguía después era tener un par de inspecciones en la bodega.

-Le pasó a Susana Balbo, exactamente eso…

-A nosotros también. Entonces, lo único que podíamos hacer era rogarle al ministro de Economía de la Provincia que hablase con el gobierno nacional a ver si por favor podían pagarnos algo.

Canay junto a Paula Martín en la sala de visitas del Post.

-¿Y por qué no se ponían frente a los micrófonos a denunciar que con este tipo de cambio, con las retenciones, con las trabas, se estaba hundiendo la industria? ¿Por qué no le pedían al gobernador que se pusiera al frente de los reclamos? ¿Por qué no se pararon a gritar ‘Hay inflación’?

-Porque acá no se podía hablar de inflación. La inflación no existe. Es una mala palabra. Entonces, si yo tenía que ir a negociar con alguien debía ir con un discurso útil. No sé si era el mejor, pero sí el que había que hacer. Un periodista que se pone frente a un micrófono y que no tiene otro interés que lo que tiene que decir, el propio, o el del medio, puede decir cosas que para otros es muy difícil porque las consecuencias son graves. Pero para una empresa como las nuestras, o una entidad como “Bodegas…” de la que dependen unos 20.000 trabajadores de las más de 200 bodegas que están asociadas, podemos decir algo que tenga consecuencias gravísimas y hay gente que puede perder el trabajo.

-¿Usted está diciendo que los castigan por hablar?

-No se lo estoy diciendo. Es lo que pasa. O lo que puede pasar… si pasa o no pasa, es otra historia… pero usted mismo ha mencionado el caso de Susana Balbo… ¿o no?

-A los miembros de “Bodegas…” se los vio junto a las cooperativas, la UVA, Fecovita, productores, distintas asociaciones, compartir la protesta de enero… pero después de la reunión con Cristina y partir incluso de aquella movilización, lo que se nota es que se han abierto. ¿Por qué?

-Teníamos una diferencia. Esa “unión” propuso hacer 35 % de mosto. Nosotros, desde “Bodegas…” dijimos que era mucho. La cosecha va a producir así unos 200.000 toneladas de mosto. Más las 50.000 que hay en stock, es más del doble de lo que la Argentina exporta en mosto. Como los compradores del exterior saben lo que pasa, si hay el doble de mosto, se van a sentar a esperar a que baje el precio.

-A las mosteras también les ha ido mal el año pasado…

-Claro. Y ese precio a la baja no hará que Argentina venda más, sino que venda peor.

-Los que vienen de las ferias dicen que los vinos argentinos ya no son competitivos, me refiero en precios bajos…

-Es cierto. Nosotros lo venimos diciendo desde hace cuatro años. A ver… el negocio mundial del vino es como muchos productos, una pirámide. Se vende mucho del vino de un dólar y medio la botella, y mucho menos de los vinos Premium que están al tope de la gama, en la punta de esa pirámide. De ese vino suele haber mucha demanda y hay mucha competencia. Para que se den una idea, el precio promedio de todo el vino que se consume en Alemania es de tres dólares la botella.

-Claro… a cinco dólares, que es el precio al que han estado tratando de vender las bodegas y perdiendo plata, no pueden vender nada.

-Nada, de nada. Argentina empezó a perder ese mercado en que la caja de nueve litros de vino se vendía a 17 o 18 dólares, porque Chile y Australia vendían más barato. Dejamos de ser competitivos porque con la inflación, el alza de costos y el tipo de cambio malo, no podemos serlo. Esto empezó en 2010. Luego, a medida que vamos desapareciendo de la góndola en esa franja de vinos, también dejamos de vender vinos caros. A ver… hay dirigentes vitivinícolas que seguramente conocés muy bien pero que no voy a nombrar, que dicen “está muy bien, es muy bueno vender vinos caros, nos posiciona en el mundo…”

-¿Y no es cierto?

-No. Es una reverenda mentira. No podés vender vinos caros, si primero no vendés los baratos, porque Argentina no está reconocida en el mundo del vino como producto de excelencia. Somos el 3 % de la exportación mundial de vinos, y con ese tamaño no le podemos imponer las condiciones a nadie. Las imponen los que te compran, que te dicen… dame diez cajas de 18 dólares, tres cajas cajas de cinco dólares, y una caja de 80 o 100 dólares. No está mal porque Chile, por ejemplo, se posicionó en las franjas básicas y le costó mucho subir. Pero ahora exporta más que nosotros con una producción menor y con veinte años de desarrollo en sus mercados.

-¿Quién tiene el famoso excedente de vino?

-No sé. Las grandes bodegas, no… pongamos de ejemplo Baggio, por ejemplo… ellos compran el vino y lo venden… ¿Para qué van a tener más de un mes de stock? Compran lo que van a vender. No se quedan un año con vino.

"Hasta el rublo se devaluó".

-El gobierno dijo Baggio, Peñaflor, Fecovita, y ellos mismos…

-No sé… serán Fecovita, o los trasladistas… el INV lo sabe bien.

-¿Qué va a pasar este año? Todos han perdido ventas en 2014, menos los espumantes…

-Perdimos 100 millones de litros de veta respecto de 2013. Y a toda esta tormenta que tenemos nosotros hay que agregar lo que pasa en el exterior. Nosotros le vendemos a Canadá, por ejemplo, que devaluó su moneda un 20 por ciento en los últimos años. Con el Euro, lo mismo. El rublo se devaluó, por lo tanto somos más caros para los rusos. No vendemos en rublos, pero a ellos les es más barato un europeo. Brasil devaluó un 20 % por lo tanto somos más caros, y no somos competitivos.

-¿Cuánto tiene que valer el dólar?

-Esa pregunta es muy difícil. Lo que es seguro es que o puede valer lo que hoy… si lo llevamos hacia atrás, estamos como en la época del uno a uno. No puede valer el dólar oficial lo que vale hoy.

-Veo muchos intereses y posiciones contrapuestas entre la UVA, ustedes, los bodegueros del Este que tienen sus propias divisiones…

-Yo pregunto quién es más pobre… ¿Un bodeguero del Este o un trabajador vitivinícola?

-En principio, el trabajador.

-Bien, de eso, no habla nadie.

-¿Por qué no guardan nueces para el invierno? Hubo años en los que les fue muy bien. ¿Por qué la industria no es anticíclica?

-El problema es más de fondo. Argentina está produciendo algo que el mundo no quiere y que nosotros tampoco. Si vos tenés el 30 % de la producción en uva criolla, porque después el gobierno te va a asegurar un precio mínimo, nunca se va a sanear. Está bien… antes la criolla era el 70 % y había menos Malbec. Pero al productor que se reconvirtió el gobierno no le da señales claras, porque al que no lo hizo le terminan asegurando precio por algo que no tiene valor. Nosotros decimos que eso está mal y que se quieren ayudar a ese productor, que le den un plan social y le ayuden a reconvertirse y plantar no sé… zapallos, tomates… algo que tenga valor.

-¿Hay que erradicar viñedos?

-Hay que ser eficiente. Si alguien hace 150 quintales de uva criolla, no es eficiente ni será rentable. No tiene futuro.

-¿Cuál es la diferencia de criterio de ustedes con Sancho, por ejemplo?

-Que nosotros estamos obligados a ser eficientes en todo. No conozco exactamente el negocio de él, pero es evidente que si les aseguran precios mínimos… a ver… hay que ser eficientes en la producción, en la venta, en la comercialización… en todo. Es una óptica distinta a la de las bodegas agrupadas en Bodegas de Argentina. Sancho y la Coviar piensan que no sobre ningún productor… no en ser eficientes. Y además la Coviar recauda unos 20 millones al año. No son números que van a cambiar la historia. No son mil millones de pesos.

-Una de las cosas que dijo Pérez en la Coviar fue que las bodegas debían diversificar, hacer nuevos productos, otras bebidas… dijo que no se recorría ese camino.

-Eso no es así. Costa también lo repitió… “las bodegas deben hacer esto o lo otro”. Las bodegas hicimos los “freezantes”, que fue lo único que le hizo un poquito de ruido a la cerveza. ¡Lo único! Y lo hicimos nosotros… no lo hicieron los funcionarios.

-¿Cómo les fue en esta década? ¿No fue la ‘década ganada’ para las bodegas?

-No. Para nada. Fue muy buena hasta 2008 o 2009 pero luego hemos perdido rentabilidad. Al perder mercado externo, se trató de vender adentro y se saturó el mercado interno, que encima consumió menos.

-¿Qué le van a pedir al próximo presidente?

-Que baje la inflación, que haya políticas de Estado, acceso al financiamiento, un dólar competitivo…

-¿Un dólar a once o doce pesos?

-No sé… puede ser 11, 12 o 50 pesos… lo que no puede ser, es de ocho pesos…