El robo de las ciruelas envenenadas saca a la luz la inseguridad en las fincas

La hija del propietario de la finca en Coquimbito, donde robaron toneladas de ciruelas con pesticida, habló de los robos que sufren constantemente.

El robo de las ciruelas envenenadas saca a la luz la inseguridad en las fincas

Por: Mendoza Post

 Robaron 5 mil kilos de ciruelas y 300 kilos más con tratamientos que no están aptas para el consumo.

El hecho ocurrió en una finca de Coquimbito, Maipú. Las ciruelas tienen un pesticida, por lo cuál no están aptas para el consumo humano. Por tal motivo, preocupa que los delincuentes las estén vendiendo.

Al respecto, Natalia la hija del dueño de la finca, dijo: En realidad no hemos tenido solo un robo. En la fiscalía tenemos entre cinco a seis denuncias y nos han robado más de diez u once veces. El tema es que son varias propiedades chiquitas, una de ellas ubicada enfrente del predio del Club Godoy Cruz Antonio Tomba en Coquimbito donde robaron antes de ayer. La situación a esta altura es insostenible, no podemos todos los días salir con armas. Ayer me preguntaban si tenés que cuidar con armas, porque ellos vienen a robar con armas, van a robarte en una camioneta con cinco o seis personas con armas y eso es de público conocimiento."

La fruta robada no está apta para el consumo humano. 

Respecto a los ladrones, Natalia manifestó: "Es gente de la zona que sabe dónde está la fruta, conoce muy bien la zona. Realmente mis hermanos y mi padre tienen que salir de rondín hasta las 2 que es la hora que regresan a la casa a dormir para el otro día trabajar porque se levantan a las 6 para seguir y a esa hora (los ladrones) aprovechan, van con una cuadrilla aproximadamente entre unas seis o siete personas, van en vehículos, acarrean. Hay una parte en donde han acarreado la ciruela más de 150 metros dejan la huella, cortan los alambrados, es normal. No hay nada fuera de lo común en la chacra."

“Mis hermanos llegan con armas y les tiran tiros para que se vayan y los enfrentan como diciendo ‘vos de acá no me vas a sacar, yo estoy cosechando y me la llevo porque a mí se me da la gana’, con total impunidad. No hay con qué pararlos a ellos", agregó Natalia.

“Entran en dos cuadrillas se llevan todo, al otro día mis hermanos tienen que limpiar el destrozo que hacen, porque lo que no se pueden llevar lo tiran al piso, rompen las plantas y eso no lo hace una persona por necesidad. Van en un vehículo porque es alguien que las vende en el mercado."

El robo en las fincas es constante, afirman los productores.