El Superclásico de Mendoza se tiñó de azul

Independiente Rivadavia le ganó 3 a 1 a Gimnasia en el primer partido entre ambos tras ocho años. Se jugó en el Legrotaglie, solo con hinchas blanquinegros y bajo la lluvia.

El Superclásico de Mendoza se tiñó de azul

Por: Mendoza Post

Casi una década esperaron para volver a verse las caras y el día era hoy, Gimnasia y Esgrima e Independiente Rivadavia reeditaron en el Víctor Legrotaglie y solo con público del local el Superclásico del fútbol de Mendoza.

Independiente Rivadavia venció 3 a 1 a Gimnasia en el primer clásico del año

El clima no ayudó por la copiosa lluvia que azotó desde la mañana a la ciudad. El campo de juego de la casa blanquinegra, si bien estuvo a la altura de las circunstancias, sufrió por la enorme cantidad de agua caída en el día y también durante el partido.

El primero en pegar iba a ser Independiente, por medio de Cardozo, que encaró solo a Alasia gracias a una cortina de Gautier y definió cruzado para darle la ventaja al Azul.

Los de Garnero jugaban mejor pero desperdiciaban las opciones frente a Alasia. Gimnasia respondía, primero con una media vuelta de Akerman que capturó Servio sin problemas.

La otra la tuvo Carrizo que llegó a empujarla sobre el palo pero otra vez el arquero Servio arruinaba las chances del Lobo.

Antes del descanso, el Lobo iba a conseguir la igualdad tras una serie de rebotes en el área azul que Carabalí terminó impulsando adentro del arco ante las protestas de la visita que señalaban que hubo falta contra Servio.

En el segundo tiempo, arrancó mejor Gimnasia quien parecía corregir los errores de la primera mitad e incomodar a Servio pero no tuvo precisión y terminó pagando caro la falta de contundencia.

La capacidad goleadora de Juan Pablo Pereya iba a ser fundamental para definir la suerte del clásico. El artillero del Azul bajó llamativamente solo una pelota en el área, eludió a Alasia y puso el 2 a 1 en el mejor momento del blanquinegro.

El otro golpe de Pereyra iba a llegar con un tiro libre largo que con un solo toque el delantero desvió por encima de la cabeza de Matías Alasia para establecer el 3 a 1 final.

 Independiente Rivadavia fue contundente y se quedó con un clásico que representa un enorme empujón anímico ante un Gimnasia que rifó el partido del sábado en Misiones y se queda con una dolorosa derrota en casa ante su gente.

El partido se jugó en paz y esto solo se manchó en el final cuando un camárografo recibió un botellazo desde la tribuna y el arquero de la visita, Gaspar Servio, también fue agredido.

La alegría fue azul