El caso de abuso que sacude y divide a Tupungato

Un hombre fue denunciado por su ex pareja por presunto abuso sexual contra la hija de ambos, de 3 años. El sospechoso está libre. La madre de la nena advierte lentitud judicial y estatal.

El caso de abuso que sacude y divide a Tupungato

Por:Leonardo Otamendi
Editor Post

El Valle de Uco es un lugar maravilloso y en cada departamento de esta zona casi todos se conocen. Por ello, cuando ocurre un suceso significativo los comentarios de vecinos están a la orden del día. Y esto está sucediendo en Tupungato porque un hombre, muy conocido, fue denunciado por haber abusado sexualmente de su hija de 3 años.

El caso conmovió y conmueve a la población y también la divide. Están quienes le creen a la madre de la nena que denunció el posible caso de abuso sexual o al padre, quien se ha manifestado inocente ante sus conocidos y familiares.

Las identidades de los protagonistas no serán detalladas para resguardar a la pequeña, quien es la presunta víctima.

Hace tres meses, la madre de la niña comenzó a advirtir un comportamiento extraño en ella.  Acudió a su pediatra y detectaron  algunos signos que indicaban que podría haber sido abusada sexualmente. Al consultarle a la nena, sus manifestaciones iniciales apuntaron hacia su propio padre.

De inmediato, la madre de la pequeña denunció a su ex pareja. “Estuvo detenido unos y quedó libre. Por suerte, ahora extendieron la prohibición de acercamiento por tres meses más hacia los niños y su madre”, le relató al POST un familiar de la presunta víctima.

Esa libertad obtenida por el hombre, quien es investigado por el juez de Instrucción del Valle de Uco, Oscar Balmes, que caratuló el expediente como abuso sexual agravado por el vínculo, dividió las aguas en Tupungato. Algunos creen que es una especie de venganza de su ex pareja contra él; otros lo acusan de violador.

El juez de Instrucción del Valle de Uco, Oscar Balmes.

Según allegados  la niña, durante esos primeros tres meses el expediente se movió muy poco.  En ese sentido, al consultarle al mismo familiar sobre si la nena fue entrevistada por el equipo de especialistas, respondió:  “No le hicieron Cámara Gesell porque es muy chiquita”. Sin embargo, esta medida si se realiza con niños de la edad de la supuesta víctima.

Mientras, según la familia de la madre de la pequeña el expediente no avanzaba, en Tupungato los comentarios y juzgamientos públicos estaban a la orden del día. Estos se intensificaron cuando se enteraron que desde el Estado solicitaron peritajes psicológicos para la madre de la nena. Para ella también fue una sorpresa ese pedido y lo sintió como una especie ataque. Argumentó la madre que el Organismo Administrativo Local (OAL) no había hecho lo que correspondía por su hija durante tres meses pero ponía celeridad en investigar el estado mental de ella.

Así se realiza la Cámara Gesell.

Ante la supuesta quietud de la causa, la mujer se puso en contacto con directivos de la dirección central del OAL (Dinaf) en la ciudad de Mendoza y desde allí iniciaron algunas diligencias que han tranquilizado a la madre de la pequeña. Ahora, aguarda que se motorice la causa contra su ex con el respaldo del Organismo.

Estas situaciones son las que abrieron una grieta entre quienes les creen a unos y a otros. La libertad, aunque imputado, del sospechoso y el poco movimiento desde el Gobierno, que solicitó exámenes psicológicos para la madre, intensificaron los cruces de opiniones.

Pero las opiniones no importan mucho en la Justicia aunque sí las presiones, a veces mediáticas. Lo importante es una niña de 3 años que debe quedar totalmente claro si fue víctima o no de un abuso sexual por parte de su progenitor. En el caso de que haya ocurrido, acompañar a la pequeña para que supere esa situación traumática y que su padre pague con la cárcel. De no haber sucedido aquello que acusa la madre, establecer si lo hizo con o sin intención para determinar qué responsabilidades le caben, al llevar a su hija a una situación tan delicada y arruinarle la vida a un papá.