¿Pueden ser cultos los jugadores?

La novela de Ricardo Centurión en Boca terminó cuando el ex futbolista del Xeneize publicó en su Instagram una carta de despedida, en donde también tiraba algunas “bombas”. Toda la situación concluyó con una serie de repercusiones cuya gran parte se debió a la forma en la que el jugador redactó la misiva, con graves falencias de redacción.

A partir de eso el Post hizo una investigación respecto a cómo encaran los clubes la formación académica de los jugadores en las divisiones infantiles e inferiores. Consultamos a los coordinadores de los 3 clubes que más estructura tienen al respecto: Diego Márquez de Godoy Cruz, Alejandro De la Riba de Independiente y Javier Kola de Gimnasia.

“Hay padres que autorizan a los chicos a no estudiar”

Diego Márquez se encarga de la coordinación general de las Inferiores del Tomba. “La política nuestra es seguir a los chicos en la escuela y levantarlos en caso que no les vaya bien”, introdujo en el tema. “Para los que vienen de afuera tenemos una pensión con aula flotante y después hay muchos de acá que asisten a la institución que tiene el club. En ambos casos tenemos reuniones con los maestros periódicamente y si hay necesidad se limitan o modifican los entrenamientos para el chico que necesite repuntar sus notas”, agregó.

Los casos de jugadores recibidos de una carrera terciaria o universitaria son escasos. Cuando ocurre, generalmente son oficios vinculados al deporte o a la dirección técnica.

Márquez aclara que el acompañamiento “es hasta terminar la secundaria. Después si siguen o no con una carrera universitaria o terciaria es otro tema. Pero nosotros les hacemos entender que no todos los jugadores van a llegar a Primera, que ellos tienen que estar preparados para una salida laboral y que la educación es más importante que el fútbol”.

No obstante, Diego confesó que “tenemos algunos pocos casos que nos enteramos de algún chico que no asiste a la escuela y cuando citamos a los padres para hablar de eso nos dicen que ellos autorizan a que su hijo no estudie. En ese caso no nos podemos meter”.

“Hay mucha hipocresía”

Alejandro De la Riba está a cargo de la coordinación de la Lepra. El ex arquero tiene sus prioridades muy claras y trata de aplicarlas en la función que le toca. “Acá tenemos que formar a la persona por sobre el jugador porque son muy pocos los que van a llegar a ser profesionales”, nos cuenta.

La estadística en el Azul marca que un 35% de los chicos de 4° División siguen estudiando una carrera, otro 35% trabaja por su realidad familiar sin abandonar lo deportivo y el restante 30% no estudia ni trabaja y sólo se dedica a jugar.

A la hora de dar detalles de la formación académica de los jugadores del club, De la Riba ventila que “tratamos de apoyarlos con educación integral, es decir no solamente acompañarlos en la escuela exigiendo boletines y asistencia, sino también con charlas coaching, psicopedagogía y consejos nutricionales”, aunque también aclara que “no exigimos que tengan buenas notas para hacerlos jugar pero si intentamos no llegar a fin de año con chicos complicados en la nota porque eso trae deserción. Creemos en el trabajo día a día, en charlar con la familia para entre todos persuadir y convencer al chico que lo mejor para él es estudiar”.

Por último Alejandro confiesa que en el tema “también hay mucha hipocresía. Muchos clubes te dicen que no hacen jugar al chico que no anda bien en la escuela, pero nunca vi que dejaran de poner a un jugador en un partido importante por tener malas notas”.

“El club ofrece clases de apoyo sin cargo”

Javier Kola es el coordinador general del fútbol en Gimnasia y Esgrima. El también ex arquero detalla que “exigimos presentar las libretas por trimestre tanto a las infantiles como inferiores chcas” y además cuenta una particularidad del Lobo: “contamos con un grupo de hinchas que son profesores y cuando algún chico tiene problemas con alguna materia se le brinda clases de apoyo sin cargo”.

El futbolista es en gran parte de los casos surgido de orígenes humildes y entornos conflictivos. El ejemplo de Carlos Tevez es quizás el más representativo.

Además Kola remarca que “a los chicos que no andan bien intentemos ayudarlos para que no dejen de jugar, porque muchas veces los problemas en la escuela provocan que abandonen los entrenamientos”.