Ella y su hijo sufrieron violencia... ¿y la justicia? Bien, gracias

Ella y su hijo sufrieron violencia... ¿y la justicia? Bien, gracias

Por:Christian Sanz
Secretario Gral. de Redacción (click en autor)

El caso de Sabrina Pandolfino es grave, no solo por lo que le ocurre a ella en sí, sino porque además es reflejo de lo que viven muchas otras mujeres en la actualidad.

Esta joven mendocina y su hijo de 4 años han sufrido violencia de género por parte de su pareja, con quien convivió durante 8 años: se trata de un hombre llamado Eduardo Fabián Arancibia, a la sazón uno de los dueños del conocido restaurante Don Claudio, ubicado en la calle Tiburcio Benegas de la Ciudad de Mendoza.

A la pesadilla que le tocó vivir a lo largo de los años, se suma el revés que sufrió por parte de la justicia. Allí, si bien en un principio demostraron actuar con rapidez y eficacia, pronto empezaron a demorar las medidas y a relativizar sus dichos, aún cuando mucho de lo que sostiene se basa en evidencia concluyente, como videos y audios incriminatorios.

Sabrina con su pequeña hija

-¿Cuándo empezó el maltrato?

-Viene de lejos. Yo ya había pedido restricción de acercamiento por Agustín: cuando tenia dos años Arancibia ya le pegaba, le tiraba del pelo.

-¿Y con vos?

-Conmigo el maltrato fue constante, sobre todo de manera verbal. Físicamente le era más complicado porque yo me defendía. Igual me pegó varias veces. Y como no podía desquitarse conmigo se desquitaba con los chicos.

-¿Nunca pensaste en irte?

-Sí, me fui varias veces. En una de ellas, me pide que vuelva y vuelvo. Quedo embarazada de Ángeles.

Hasta que llegó un momento que todo se fue a la mierda. El 12 de octubre de 2015 hubo una discusión, me pega, me empuja, yo estando embarazada y me echa de la casa. Fue la cuarta vez.

-¿Su violencia fue repentina?

-Me fue alejando de a poco. Típico circulo de maltrato, me fue alejando de mi familia, de mis amigas. No le gustaba nadie. Cuestión que me quedé sola. Llegó marzo y me pide que vuelva. Le pregunto: “¿Estás seguro de que querés que vuelva?”. Sí, me dice.

Un par de fotos familiares

-¿Por qué volviste?

-Él y su madre me insistieron a más no poder que volviera, frente a la insistencia lo hice.

-Y ahí pudiste probar el maltrato...

-Sí, por suerte lo pude probar.

-¿Qué hiciste después de demostrarlo?

-El 24 de septiembre logro la restricción de acercamiento y la exclusión de hogar.

-La justicia te dio la razón...

-Sí, había violencia de género a full, las hizo todas. Hasta me boicoteaba cuando tenía que rendir.

-¿Y respecto de tu hijo?

-Todo empezó porque Agustín me contaba todo y de pronto no me cuenta nada más. En el colegio me dicen que era un barrilete que no podía remontar, que estaba violento y demás. Hay incluso algo que se desata después de que descubro que me engañaba. Ahí se ofendió porque le miré el teléfono y a partir de entonces empezó a decirle a mi hijo que yo estaba loca.

Ante la falta de respuestas, apareció un escrache público

-Al mismo al que maltrataba.

-Sí, hasta le empleada doméstica me decía: “Hacé algo porque Eduardo maltrata a tu hijo cuando no estás”.

-¿Y cómo es la relación de él con tu hija?

-Mi hija nace el 13 de diciembre y le pongo mi apellido porque no la quería reconocer. Ya ahí estaba sacado.

-En esa fecha estaba excluido del hogar...

-Sí, y me empieza a acosar diciendo que era una psicópata, una mitómana, que estaba loca.

Todos los dichos de Sabrina están sustentados en documentos a los que tuvo acceso el Post, ya sea expedientes judiciales, conversaciones de Whatsapp, audios e incluso correos electrónicos. A su vez, sus dichos han sido corroborados por su propia familia.

-¿Qué pasó con el expediente judicial?

-Empezó todo muy bien, la jueza actuó rápidamente y hasta me atendía en su despacho.

-¿Qué jueza es?

-María Elizabeth Lizán. Al principio todo bien, después empezó a cambiar de actitud. Incluso le levantó la restricción de acercamiento a Arancibia. Algo pasó, la jueza ya no me atendía el teléfono y, la vez que logré que lo haga, a través de un número diferente, su trato fue cortante por demás.

Este diario pudo acceder a los audios donde Sabrina es amenazada, constan en el expediente

Efectivamente, Sabrina hizo escuchar a este diario dos audios con un mes de diferencia entre uno y otro y es sustancial el cambio de trato. No solo eso, en la última comunicación la jueza relativizó las agresiones de su expareja y le dijo que era algo normal.

Se trata de audios terribles, uno de los cuales dice textual: “Ya me vas a conocer, hija de p..... Vos te merecés morir”. ¿Eso es normal? ¿En dónde?

La explicación del cambio de humor de la magistrada parece venir por otro lado: “Lizán no me recibe pero ha recibido a Arancibia en audiencia privada”. El dato es real y fue comprobado por el Post.

Como sea, en estas horas, por lo que pudo saber este diario, la magistrada buscaría excusarse ya que el expediente le quema en sus manos.

De hecho, ya sabe que se está por pedir un jury en su contra. No sería la primera vez: hace unos años fue sometida a enjuiciamiento por el presunto mal desempeño de sus funciones en el marco del trámite de adopción de niños entre 2009 y 2010, realizados en el Primer Juzgado de Familia de Tunuyán, de donde era titular.

A pesar de ese "tropiezo", Lizán cayó bien parada: el 8 de junio del año pasado fue puesta en funciones en un juzgado creado solo para darle un lugar a ella; el Nº12.

Como sea, el caso de Sabrina es uno de los tantos ejemplos de cómo funciona la justicia en la provincia. ¿Habrá que esperar a que sea muerta por su expareja para salir a marchar con los cartelitos de #NiUnaMenos? ¿No será mejor actuar ahora, cuando aún se está a tiempo?