La Navidad con más amor de Mendoza

La protagonista de esta historia asiste en Las Heras a casi 200 chicos que les falta "la comida y el amor."

La Navidad con más amor de Mendoza

Por:Florencia Silva
Secretaria de redacción

Isabel está ajena a los embrollos por Ganancias, bonos y troles. Para ella la palabra inflación no asusta porque tiene el pulso calmo para llevar adelante su labor, aunque el bolsillo se estreche y se haga la noche.

Durante los doce meses del año, Isabel Bustos es una especie de súper madre que alimenta y contiene a 180 chicos de la zona del barrio Espejo de Las Heras. Pero por estas horas su misión es especial: va a darle un agasajo de Navidad a todos los pibitos que alimenta durante el año. En su comedor y merendero está preparando un gran pollo navideño con papas, para todos los chicos que asisten habitualmente. 

Cuando llegamos, la familia completa está en plena labor. Isabel, sus hijas y algunas ayudantes preparan 180 pan dulces que los chicos se llevarán a su hogar, además de la comida. Los nietitos de Isabel no están mirando la tele, están concentrados en recortar pinitos de Navidad en una cartulina verde, con los cuales acompañarán el agasajo.

Los hijos y nietos de Isabel preparan pinitos de Navidad para los chicos del merendero.

Isabel  habla pero no descuida su trabajo. Nos cuenta que durante todo el año, los lunes, miércoles y viernes les da el almuerzo y los jueves y viernes la merienda, poniendo el pecho al hambre de los más chiquitos del barrio. 

"Yo esto lo hago con mucho amor. Yo trabajo todo el año para los niños del barrio y todo lo que hago lo hago con cariño, como  si fuera para mi familia. Porque los chicos que llegan al merendero son chicos que no solo les falta el alimento, sino que les falta el amor", afirma con sus dedos embriagados en masa de pan.

¡Los pancitos dulces en proceso!

La droga es el peor flagelo de la zona, afirma esta gran mujer, conocedora profunda de las miserias del lugar.  "Están muy activados en la droga. Hay que tratar de sacar a los chicos de las esquinas, tratar de que ellos se vengan con nosotros, que hagan actividades, que hagan algo por ellos mismos sin que sea parte la droga."

Pero ahí está Isabel, caprichosa ante las adversidades de quienes les tocó nacer del lado de los que menos tienen, amasando ese pan dulce navideño, entre harinas, frutas abrillantadas y esperanza.

Isabel Bustos, incansable en su labor.

Las mujeres preparan la comida navideña para los niños del barrio Espejo.