Testimonio de una paciente: "No me tomó la anestesia y me operó igual"

Una ex paciente del médico Carlos Arzuza, imputado por la muerte de Beatriz Gattari, contó su traumática experiencia cuando fue operada por el cirujano.

Testimonio de una paciente: "No me tomó la anestesia y me operó igual"

Por: Mendoza Post

La muerte de Beatriz Gattari, quien falleció por mala praxis luego de someterse a una liposucción en una clínica clandestina, destapó las prácticas ilegales del cirujano Carlos Arzuna y su ayudante, Laura Duta. Ambos fueron imputados. Arzuza irá al penal cuando le den el alta en el hospital Central (al momento de ser detenido se estaba aplicando injertos de piel en su pene), en tanto Duta ya se encuentra en el penal del Borbollón.

El caso sacó a la luz el testimonio de una joven de 23 años que llegó hasta el doctor Arzuza por recomendación de una conocida. La mujer prefirió resguardar su identidad y relató que pasó por el consultorio del doctor en julio y septiembre para realizarse dos liposucciones. 

La operación le costó 30 mil pesos.

La joven relató: “La primera experiencia estuvo bien, no tuve ningún problema pero la segunda sí, tuve una complicación. No me agarró la anestesia, me durmió y me operó igual. Sufrí mucho porque los dolores eran inexplicables, me puso suero, le dije que me lo sacara porque estaba arrepentida, tenía miedo, estaba descompuesta, me dijo que me calmara, que eran nervios normales y me durmió. Cuando me despierto los veo a él y a su mujer al lado de la camilla que estaban fumando entonces, yo les decía que me sentía mal, sentía que me moría, que sentía las heridas abiertas, que me ayudara, no me hablaba ni se daba vuelta, después me dijo que era capricho, que ya iba a estar bien, que me quedara callada." 

El médico acusado, Carlos Arzuza.

"En ese impulso quise levantarme entonces, con la mujer, uno de cada lado, me ataron las manos a la camilla, sentía muchos dolores y me descompuse y me trajeron un balde para que devolviera y estaba totalmente desvanecida. A los cinco días tuve una complicación, no podía caminar, lo llamé por teléfono, me dijo que me había tocado unos nervios y que con el paso de los días se me iba a acomodar”. 

En la segunda intervención la joven fue acompañada por su madre quien le advirtió que a simple vista el lugar no cumplía con los requerimientos de seguridad necesarios, de hecho, el doctor Arzuza le practicó la cirugía sin estudios prequirúrgicos, solo con un análisis de sangre. 

Laura Duta, la ayudante de Arzuza, de origen rumano.

La joven agregó: “El electro me dijo que no me lo hiciera porque lo haría él, solamente llevé los análisis de sangre, cuando llegué le dije si me haría el electro y dijo que no hacía falta, que con el análisis se fijaba y estaba todo bien. Vimos el lugar que no tenía las luces, nada de quirófano, no tenía oxígeno, ahí mi mamá me empieza a decir que no me opere, que no veía bien las cosas, mi mamá empieza a tomar fotos del lugar y ahí es cuando ingreso y me coloca el suero y le dije que no quería, que llamara a mi mamá, me dijo que mi mamá no podía ingresar adonde yo estaba y ahí es donde me duerme. “Después me comuniqué y quise comunicarme con él, me atendió su mujer y me dijo que estaba de guardia en Tupungato, que cuando viniera le iba a avisar y nunca más tuve contacto con él ni me revisó. Fui a otro lugar a que me sacaran algunos puntos y de ahí no volví más”. 

La joven dijo que Arzuza y su mujer la ataron a la camilla.

Respecto al costo de la intervención, la mujer dijo que pagó aproximadamente 30 mil pesos. Después de conocer el caso de Isabel Gattari, quien murió tras ser operada por Arzuza, la joven se presentó a declarar ante la fiscal de Homicidios, Claudia Ríos quien investiga el caso.

Beatriz Gattari murió el pasado miércoles en su casa de Maipú  luego de practicarse una liposucción y una operación en los glúteos con Arzuza. Fue encontrada, agonizando, por su pareja y a las pocas horas falleció. Tenía 48 años, era divorciada, estaba en pareja y tenía 3 hijas.

Ver: Esta es la víctima del médico en la clínica trucha