El equipo de Macri no da pie con bola, no hay plan

En once meses de gobierno, las primeras expectativas positivas no se ven reflejadas en la economía real.

El equipo de Macri no da pie con bola, no hay plan

Por:Carlos Ponce
Economista

Muy poca gente, aun dentro del peronismo, se animaría discutir que en el año 2015 -el ultimo del mandato de CFK- la economía argentina estaba estancada y necesitaba de un cambio profundo.

Las primeras medidas de Macri fueron efectivamente a fondo, dirigidas a remedar los problemas más acuciantes. Fue así que se cerró el conflicto con los fondos buitres, se levantó el cepo cambiario y se corrigió el atraso del dólar mediante una devaluación de 10 a 14 pesos, Además se bajaron los impuestos (retenciones) a las exportaciones agrícolas y mineras. En la política internacional se hicieron gestos claros a favor de un nuevo alineamiento con EEUU y las economías occidentales, para reemplazar las alianzas de CFK con Venezuela y otros países. Se declaró que la prioridad seria luchar contra la inflación: el peor de los impuestos que pagan los pobres. .

El gobierno pronosticó que en ese renovado clima de negocios rápidamente ingresarían miles de millones de dólares de inversiones, y la economía comenzaría una etapa de crecimiento y creación de empleos de calidad.

Once meses después, la economía todavía no para de caer

Ya han pasado tres trimestres negativos en el 2016 e incluso los indicadores del mes  ya hablan de un “octubre negro”.

Los primeros días de la devaluación.

¿Por qué hemos llegado a esta situación?

Porque no hay un plan económico coherente e integral. 

Muchos coinciden con el rumbo general que ha marcado el presidente Macri pero la ejecución de la política económica es sinuosa e ineficaz.  

Podríamos decir que es un gobierno de derecha, o de centro derecha, culposo, que tiene miedo de tomar medidas de fondo y sobre todo tiene pánico de perder las elecciones legislativas de medio tiempo en el 2017. 

Luego de las medidas iniciales,  el gobierno ha caído en el desconcierto más profundo,  sin coordinación entre la política monetaria, la política fiscal y la de ingresos. Con marchas y contramarchas y sin mostrar una clara visión de cuál es el plan concreto que sacará a la Argentina del estancamiento. Ejemplos a raudales:

- La política fiscal es incoherente. Un día toman medidas que aumentan el déficit fiscal y al otro día, otras que lo contienen. Nadie sabe cuál será el resultado final de estas sumas y restas de medidas aisladas. Lo único concreto es que para cubrir los baches fiscales ha comenzado un rápido proceso de endeudamiento que ya es monitoreado con mucho detenimiento y preocupación por los analistas nacionales e internacionales.

Hasta el FMI se preocupó por el tipo de cambio atrasado.

- El endeudamiento a altas tasas de interés en pesos que propicia el Banco Central (sin coordinación alguna con el resto del gobierno) , ha reavivado la vieja bicicleta financiera, es decir el ingreso de capitales financieros especulativos que ingresan dólares, pero sólo para sacar altas ganancias en pocas semanas.

- Luego de la devaluación inicial de 10 a 14 pesos, los precios internos explotaron. El resultado es que el dólar volvió a quedar igual de atrasado que cuando lo administraban Kicillof y Cristina. Es decir que, si se pensaba en un modelo exportador de valor agregado, que apuntara a convertir a la Argentina en el “supermercado del mundo”, con fuertes inversiones en las economías regionales como la nuestra, ello será casi imposible con el atraso cambiario actual.

- El sistema tarifario que se debía recomponer para bajar el gasto fiscal en subsidios, racionalizar el consumo de energía y generar recursos para nuevas e indispensables inversiones; ha quedado como un verdadero mamarracho que no cumple ninguno de los objetivos.

- La inflación sigue vigente y todavía no da signos de converger ni siquiera al número (muy poco ambicioso por cierto) del 17 por ciento anual para el año que viene. Al mismo tiempo el poder adquisitivo del salario cayó, se destruyeron miles de empleos y por ende el consumo interno ha quedado en jaque.

Sin consumo interno, sin inversión, sin exportaciones -(excepto lo que va a generar la Pampa Húmeda, donde el trigo, el maíz y la carne sí recibieron incentivos concretos para producir e invertir), es muy difícil encontrar cuál es  el modelo de crecimiento de nuestra economía.

Después de la salida del cepo y el arreglo con los holdouts:  ¿qué otra reforma concreta del Estado ,se ha encarado en este primer año del gobierno de Macri?

¿Qué se ha hecho con la enorme cantidad de mercados sin competencia, oligopólicos,  ineficaces y plenos de sobrecostos que generan un peso enorme sobre la competitividad de las empresas y el poder adquisitivo del salario?

¿Cuál es la política industrial y tecnológica de este gobierno, apoyada no por discursos sino por medidas concretas?

La respuesta es, luego de casi un año, que lo que se ha hecho es prácticamente nada.

Muchos empresarios que ven con simpatía a este gobierno y no querrían de ninguna manera volver al modelo anterior, miran y esperan.

Para poner plata en serio quieren mas señales que los discursos pro mercado y los mensajes optimistas del Jefe de Gabinete pergeñados en las oficinas de Comunicación y redes sociales del gobierno. Necesitan al menos un plan económico coherente e integral,  con metas monetarias fiscales y de precios,  que todavía no se ve.

El presidente mantiene el crédito social abierto y cuenta con la  mirada comprensiva y esperanzada de la mayoría de los actores económicos, pero con eso, por el momento, no alcanza.