Las cuevas pueden entrar a la legalidad, suman bancos y pueden crear muchos empleos.
El Banco Central flexibilizó las normas para las agencias de cambio
El Banco Central de la República Argentina (BCRA) ablandó las normas vigentes para el funcionamiento de casas y agencias de cambio. Planteó facilidades para abrir nuevas sucursales y la posibilidad de que los bancos puedan controlarlas.
También redujo el monto de capital que deben tener inicialmente las agencias, que son las más pequeñas, con el fin de tentar a las “cuevas” a sumarse al mercado de cambio legal.
Así lo plantea el comunicado enviado ayer por la entidad, explicando que esta medida persigue tres objetivos: dotar de mayor competencia al sector cambiario, migrar operaciones del sector informal al sector formal y ampliar la disponibilidad de ventanillas facilitando las transacciones, en particular para los turistas.
Según el BCRA existen sólo 20 casas de cambio autorizadas a operar en el país y 18 agencias.
Es más: la Cámara Argentina de Casas y Agencias de Cambio concluyó luego de un estudio estadístico, que las entidades cambiarias operaban sólo el 0,2% del total del mercado local de moneda extranjera.
Nuevo mercado, empleos y competititividad
Además de reducir los requisitos de capital mínimo y garantías, un alivio importante es que tanto casas como agencias no necesitarán la autorización del BCRA para abrir nuevas sucursales y alcanzará con que comuniquen al ente rector la apertura. Ambas, además, podrán poner sucursales en comercios con locales a la vía pública como hoteles, agencias de turismo y otras.
La medida causó cierto recelo entre las casas de cambio porque las exigencias de capital mínimo pasaron de $ 6 millones a $ 500.000 y las de garantías de $ 500.000 a $ 100.000, pero sólo para agencias.
Por otro lado, los cambios en la normativa le añade picante a la competitividad al autorizar a los bancos a ser dueños de entidades cambiarias como empresa controlante algo que en el sector señalan que podría ser interesante para bancos chicos.
Otra novedad es que las empresas y comercios vinculados con el turismo (hoteles, agencias, alquileres de automóviles, entre otras) podrán actuar como agentes de cambio en forma independiente, con los mismos requisitos que sus pares exclusivamente cambiarios.