A volar: 5 maneras de preparar alitas de pollo con sabores del mundo

Una nueva propuesta de nuestro columnista, que es ideal para todas las edades.

A volar: 5 maneras de preparar alitas de pollo con sabores del mundo

 Te propongo algunas recetas supersencillas para que este plato nunca sea igual y se puedan probar diferentes maneras. 

Luego ya está en la mano del cocinero anfitrión acompañar las alitas con diferentes guarniciones.

 Un ingrediente principal -simple y económico- que puede transformarse en un plato muy rico y completo.

1. Ponja, con salsa Teriyaki

Primero se colocan las alitas de pollo bien limpias y secas en una bandeja de horno. Se embadurnan con una mezcla de jugo de lima, azúcar, sal y jengibre rallado y se deja que se marinen durante dos horas en la heladera. 

Mientras, se elabora la salsa Teriyaki juntando en un bol 100 ml de salsa de soja, 100 ml de sake, 100 ml de agua y 50 g de azúcar, cocinando a fuego medio durante unos cinco minutos, hasta conseguir una salsa untuosa, brillante, casi como un caramelo líquido. 

Después, hay que escurrir las alitas y freírlas en una sartén con aceite neutro hasta la mitad de su altura para que se doren por ambos lados dándoles la vuelta. Cuando estén cocidas y doradas, se escurren y se les añade la salsa, dando unas vueltas en el wok hasta que las alitas se impregnen de la salsa por toda la superficie. Podés espolvorearlas con semillas de sésamo tostado, se sirven acompañadas con un arroz blanco cocido y una ensalada de brotes.

Una propuesta diferente.

2. Yankilandia, con salsa Barbacoa

En primer lugar hay que preparar la salsa Barbacoa. Para ello, mezclar en la procesadora 100 g de salsa de tomate frito casero (o para simplificar usar salsa ketchup de buena calidad) y se agregan un trocito de guindilla o chile, una cucharada de vinagre, dos cucharadas de aceite de girasol, una cucharada de miel, una pizca de sal ahumada y un vaso de jugo de naranja. Se tritura todo con la batidora hasta que quede una salsa homogénea, fácil de mover y cremosa. 

Con esta salsa se untan las alitas de pollo, que se habrán limpiado y colocado en una fuente apta para el horno. Se precalienta el horno a 200º C y se asan en él las alitas durante unos 30 minutos, hasta que se dore la superficie y estén jugosas y tiernas por dentro. Acompañar con chips de batata frita y una ensalada de zanahoria, cebolla y repollo.

¡Con picante!

3. Franchute, con salsa Moutarde a L'Ancienne

Por un lado, se deben limpiar las alitas de pollo y colocarlas enteras en una fuente. Y por otro, se mezclan bien 50 g de mostaza A la antigua y cuatro cucharadas de aceite de oliva suave con una pizca de sal. Después, se vierte la mezcla sobre las alas del pollo y se untan. Mientras, se precalienta el horno hasta 200º C.

Se escurre la marinada y se reserva la mezcla dejando las alas cubiertas, pero sin excesos. Se colocan las alitas en una sola capa en una bandeja de horno ligeramente impregnadas de la mezcla y se hornean durante 40-45 minutos a 180º C o hasta que estén doradas. Servirlas bien calientes con un rico puré de papas, queso azul y ciboulette.

4. Birren, con salsa de Cerveza

Se limpian las alitas de pollo y se pelan y trocean tres dientes de ajo en cuadraditos diminutos. Se mezclan las alitas de pollo con el ajo, una pizca de pimienta, cuatro cucharadas de aceite de girasol y un vaso de cerveza. Marinar por 2 horas en la heladera. Con la ayuda de un colador, se escurre la salsa de cerveza de las alitas de pollo. Se introducen las alitas en una cazuela con tapa dentro del horno a 200º C aproximadamente durante una hora. 

Cuando comiencen a dorase, se agrega poco a poco el marinado. Según se evapore, se incorpora más hasta que la salsa se caramelice y las alitas se cocinen. Acompáñalas con calabaza asada rociada con miel y pepinillos en vinagre.

Una opción para toda la familia.

5. Argento, con salsa de Coca y Vino

Mezcla un vaso de bebida cola y un vaso de vino tinto, un diente de ajo, un tomate maduro, una cucharada de vinagre, dos cucharadas de aceite de oliva, sal y pimienta. Licuar hasta que quede una salsa homogénea. Hay que introducir en esta salsa las alitas (limpias y sin plumas). Reposar durante una hora para que se marinen ligeramente. 

Después, se escurren las alitas del marinado y se colocan en una fuente de horno. Se añade un chorrito extra de aceite de oliva y un poco de sal. Se asan en un horno precalentado a 200º C. Cuando comiencen a dorarse, se agrega la mitad del marinado de manera que poco a poco se vayan glaseando y adquieran un bonito color dorado en la superficie. Una vez asadas, se sirven recién sacadas del horno con papas fritas caseras y ensalada criolla.

Una propuesta única.