El drama de las viudas de los policías mendocinos

Cuando un uniformado muere en cumplimiento de servicio, sus viudas quedan sin asistencia monetaria. Lapsus burocráticos y otras yerbas.

El drama de las viudas de los policías mendocinos

Por:Christian Sanz
Secretario Gral. de Redacción (click en autor)

La historia de Érica González es calcada a la de varias docenas de viudas de policías de Mendoza. No tiene que ver con el dolor familiar —algo sí, en realidad—, sino con su propio devenir luego de la muerte de su marido, Mauricio Fernando Conde Maza.

Es que, después de que quedara sola con sus pequeños hijos, nadie se ha ocupado de Érica a nivel económico. Lo único que ha logrado es una suerte de cuota mensual que le pasa el Ministerio de Seguridad y que no llega a los $4 mil.

Mientras tanto, la mujer viene reclamando sin suerte para que le paguen lo que le corresponde, para poder sostener a su familia, que ha quedado “renga”.

“Debí ir a vivir con mis padres, porque no puedo mantenerme ni mantener a mis hijos”, dijo al Post con gran dolor y una elocuente dosis de resignación.

Los policías de Mendoza, sin "colchón" en caso de morir en servicio

No hay enojo en ella, ni ganas de criticar a nadie, solo desea poder subsistir, con lo que le corresponde por ley. Pero nadie la escucha.

No es que el universo se ha complotado contra ella: como se dijo, docenas de viudas de uniformados mendocinos viven situaciones similares o peores.

Ello lleva a preguntarse: ¿Por qué ocurre esto? ¿No hay previsión acaso para contener a los familiares de policías caídos en servicio?

En realidad, hay varias herramientas que podrían aliviar la situación, pero la burocracia supera toda expectativa.

Las propias pensiones demoran en tramitarse no menos de nueve o diez meses. ¿Qué hace la viuda mientras tanto? ¿Quién la sostiene?

"Debo ir a vivir con mis padres", admitió una viuda entrevistada por el Post

“Los únicos que ayudar en alguno de estos casos son los compañeros de la dependencia policial donde prestaba servicio el efectivo, aportando de forma solidaria y con todo el amor del mundo, elementos de primera necesidad y todo lo que estos puedan hacer por la esposa de su compañero”, reconoció un uniformado a este diario.

-¿Qué pasa inmediatamente después de que muere un policía?

-La respuesta es tan sencilla como inexplicable: al fallecer un efectivo inmediatamente se deja de depositar su sueldo. Lo peor de todo es que el sistema previsional de policías y penitenciarios, lejos de ser veloz, es un elemento bastante herrumbrado ya que a través de un organizamos provincial llamado Organismo Técnico Previsional —quien recaba la información y realiza entre otras cosas los cálculos—, se arma un expediente que es enviado a la Anses en Buenos Aires debiendo esperar el personal que se retira, al presentar su renuncia entre 1 año a 3 años para que su renuncia sea efectiva, mientras tanto continúan trabajando a pasar de haber presentado su retiro.

-¿Conoce el caso de Érica González?

-Sí, bueno… en el caso de esta viuda el trámite demoró 9 meses , tiempo en el cual no tuvo sustento económico por parte del Estado, y a posterior de ello y hasta la actualidad cobra un anticipo de sueldo que no llega a ser ni el 50 por ciento del sueldo que su esposo cobraba hasta antes de fallecer.

-¿Alguien está haciendo algo frente a esta realidad?

-Diferentes grupos de policías y penitenciarios, como así también esposas de policías nucleados en Si.P.Pe.SS (sindicato Penitenciario), Si.Me.Pol. (sindicato Mendocino de Policía ) , y Agrupación Esposas, las dos primeras con tramite de inscripción gremial, presentaron un proyecto de ley que protegería entre otras cosas a las familias de policías, usando para ello fondos generados por los mismos efectivos que realizan Servicios extraordinarios, dinero depositado en cuentas bancarias que ascenderían al fecha a más de 54 millones de pesos.

Por lo que pudo saber el Post, el proyecto se presentó el viernes pasado en la Legislatura y quien lo receptó fue Juan Carlos Jaliff, presidente provisional del Senado mendocino.

Allí, se plantea que, parte del fondo que se ha ido acumulando para “gastos varios” de la policía —imprecisos realmente— se redirecciones, al menos en parte, para destinarlo a las viudas de los policías muertos.

Hoy en día, ese dinero asciende a más de 50 millones de pesos y, como se dijo, no tiene un destino concreto.

Colofón

Lo señalado aquí respecto de las esposas de los uniformados caídos en servicio, no es una crítica al arco político, ni tampoco a los mandamases de la policía —como sí se ha responsabilizado en otros casos denunciados por el Post—, ni de esta ni de otras gestiones. Es una situación que viene de arrastre, que se fue dando y se dejó estar.

Ahora es tiempo de cambiar esa realidad, con la mirada puesta en el futuro. Se hace necesario, urgente.

Así de concreto lo ha planteado la fuente policial antes referida: “¿Están dadas las garantías para que un policía arriesgue su vida sin si quiera saber qué será del destino de su esposa e hijos en caso de un desenlace fatal? Esto nos hacen replantear si la falta de motivación recae sobre el efectivo o sobre el estado que debería brindar las mínimas garantías laborales, generando un estado de bienestar para un óptimo desempeño de esta función esencial para los mendocinos”.

Las cartas están echadas, solo resta que alguien tome parte en la discusión.