Sandra y Alejandro son compañeros de trabajo y con las vueltas de la vida se convirtieron en esposos.
Un amor maduro que superó las piedras del camino
Sandra Solar (46) y Alejandro Ramasiglia (56) se conocieron hace doce años en una conocida empresa de purificadores de agua, ellos eran compañeros de trabajo pero ni se registraban .
El divorciado y ella soltera. En una reunión laboral él quedó deslumbrado por la actitud, simpleza y humildad de Sandra.
“Empezamos sin querer , pasaron varios años hasta que un día los dos reconocimos que algo sentíamos. Al principio, él me miraba muy fijo a los ojos y yo los veía verdes, transparentes, eso me llamaba la atención. Fue un amor genuino, sin interés de conquista”, contó Sandra.
En tanto, él dijo : “ en ese momento yo no estaba para comenzar ninguna relación porque venía de una separación difícil con mi ex mujer”.
Sandra tampoco tenía intenciones de ningún tipo porque tenía sus prejuicios con los divorciados y con hijos…
Ale venía de una gran pérdida económica y emocinal, pero la vida le planteaba una revancha, y sin dudarlo barajó de nuevo y en 2006 empezó la relación con Sandra.
“Me cautivaron sus valores, la honradez, simpleza, fuerza de voluntad, perseverancia, generosidad. Veía una mujer honesta, trabajadora, emprendedora, una persona que logra siempre lo que se propone en la vida”, dijo él con tono enamorado.
“Es re buen compañero, solidario y empezamos a hacer proyectos juntos”, confesó ella que se define como tímida y el equilibrio perfecto para la personalidad extrovertida de Alejandro.
“La relación creció sin darnos cuenta, todo comenzó el 2 de abril del 2008 y a los cuatros meses nos fuimos a vivir juntos, y ese mismo día pero de este año nos casamos”, confesó la felíz pareja de recién casados.
Todas las noches chateábamos y hablábamos del trabajo , de la vida, Sandra era como un bálsamo para mí, la conquista vino por la admiración que siento por ella, y porque compartíamos los mismos valores, relata Ale quien es padre de dos hijas de su primer matrimonio Candela (25) , Daniela (19), quienes son testigos de este amor.
“El es re compañero, cocina y me lleva el desayuno a la cama todos los días, las tareas de la casa son compartidas. Los dos somos líderes, yo soy dominante y él tiene mucha paciencia, es mi protector”, sostuvo la mujer.
El primer beso fue en la plaza Independencia, parecían dos adolescentes, recordaron con complicidad en sus miradas.
“Nos tenemos un amor profundo, superamos muchos obstáculos emocionales, situaciones difíciles de la vida, como la pérdida de la mamá de Sandra, entre otras, empezamos nuestra relación con menos diez, alquilamos una casa y no teníamos nada, pero es un amor que maduró y superó todos los obstáculos, es como el bambú, durante siete años echó raíces y ahora es tiempo de crecer”, sinceró Alejandro.
La pareja disfruta de los viajes en auto, “agarramos la ruta sin rumbo, hemos viajado al sur de Chile, el norte argentino, Córdoba, Buenos Aires, siempre en busca de aventura, dormimos en hotel , carpa, y hasta en el auto”, relataron sobre sus gustos que también incluyen escapadas a Potrerillos a andar en kayak en compañía de su perro Freud.
A un mes de cumplir el aniversario de casados, sueñan con sus proyectos y el próximo viaje en auto: Machu Picchu.
FOTOGRAFIA: Gustavo Savelli