Sergio Massa y un oportuno pedido de disculpas (personal)

Sergio Massa y un oportuno pedido de disculpas (personal)

Por:Christian Sanz
Secretario Gral. de Redacción (click en autor)

Es raro que un periodista pida disculpas, no es usual… y pareciera que a uno se le caerán los anillos por hacerlo. Sin embargo, hay que hacer tripas corazón y proceder como corresponde, siempre, sobre todo cuando uno se ha equivocado.

Es mi caso, claro, por eso semejante diatriba al comenzar esta columna. Empezaré por el principio, pues, para que se entienda.

En las últimas semanas, el periodismo de investigación se vio convulsionado por la aparición de los denominados “Panamá Papers”, documentos desclasificados de ese país que involucraron a puntuales referentes de la política —el más importante, Mauricio Macri— y el mundo empresario de la Argentina.

En ese contexto, aporté mi granito de arena: revelé la existencia de una segunda cuenta panameña vinculada al presidente de la Nación, Kagemusha, y luego hice lo propio con Daniel Scioli-Karina Rabolini, quienes acopiaban media docena de firmas offshore.

En el fragor de los descubrimientos, me pasó lo que siempre temí que me ocurriera: me operaron. Y yo, claro, me dejé operar. No hay excusas para ello.

¿Cómo fue? Simple: una fuente que otrora fue confiable, me pasó durante este fin de semana un listado de cuentas offshore de “Sergio Massa”. Hice un simple chequeo de las mismas y efectivamente existían, todas en Miami, y bajo ese nombre.

Sin embargo, pequeño detalle, se trataba de un homónimo del líder del Frente Renovador. En buen romance: era otro Sergio Massa.

Por ganar una primicia, que pensé que todos los medios tendrían, cometí un error gravísimo. Por suerte, no se trató de la imputación de un delito, sino de la mera existencia de una firma offshore. Y ojo, así y todo fue grave.

En mis más de 20 años como periodista, jamás me ocurrió algo semejante. Escribí siete libros de denuncia, más de mil artículos de investigación, hice radio, televisión… pero nada de ello evitó que me pasara lo que me pasó, nada prepara a uno para estas cosas. Soy humano, ciertamente, y esto lo prueba.

Pido disculpas públicamente a Massa, al político argentino, no al homónimo. Y también a los lectores, que siguen en legión las notas que publico día a día.

A todos les digo, de corazón: las críticas que lleguen, las tomaré con humildad y profesionalismo, como debe ser. Merezco cada reprimenda que me llegue.

De eso se trata también el periodismo, de asumir errores y rectificarlos. Algo que no es usual en este crudo y cruel oficio, donde todo es interesado y las operaciones de prensa van y vienen como pelotas de tenis.

Por eso, me hago cargo, es lo que creo que debe hacerse. Adhiero, y siempre lo haré, a lo que dijo alguna vez el gran maestro Ryszard Kapuscinski:

“Para ejercer el periodismo, ante todo, hay que ser buenos seres humanos. Las malas personas no pueden ser buenos periodistas. Si se es una buena persona se puede intentar comprender a los demás, sus intenciones, su fe, sus intereses, sus dificultades, sus tragedias”.