Cristóbal López, la “burguesía nacional” que despide empleados sin culpa

El empresario kirchnerista echó a dos delegados gremiales de Minuto Uno y lo denuncian por persecución sindical. El vínculo con Scioli y el acuerdo con Das Neves.

Cristóbal López, la “burguesía nacional” que despide empleados sin culpa

Por:Diego Genoud
Periodista

Su nombre quedará tallado en los archivos de la última década como el emergente de un tipo de empresariado que vino del frío para permanecer. Lejos quedó el tiempo en que Cristóbal Manuel López ordenaba estacionar los camiones de basura de su empresa Clear frente al municipio de Comodoro Rivadavia para apropiarse del que sería, por unos cuantos años, su principal contrato con el Estado. Desde entonces, el patagónico que llegó a las ligas nacionales de la mano de Néstor Kirchner no hizo más que agigantar su poder. 

Empresario con nombre de conquistador, surgió como contratista de YPF en el Sur pero logró notoriedad en todo el territorio nacional gracias a los casinos y tragamonedas que instaló en cada ciudad en la que le dieron margen. En busca de asegurarse el triunfo ante Martín Lousteau, Mauricio Macri acaba de romper –¿momentáneamente?- su lealtad hacia Cristóbal con la negativa repentina a renovar un convenio que heredó pero mantuvo intacto durante los ocho años de su mandato al frente del ejecutivo porteño.

López ahora es dueño de un emporio que cuenta con 15 mil empleados y se expande con inversiones en petróleo, medios de comunicación, constructoras, empresas alimenticias y hasta un banco propio. Aunque nadie puede negar que ha creado empleo nacional, el hijo de andaluces que además es socio de Marcelo Tinelli en Ideas del Sur exhibe algunos rasgos que lo complican para calzarse el traje del emblema de la burguesía nacional, la gran marca inviable del kirchnerismo. Algo lo lleva a barrer con camadas de trabajadores en forma cíclica sin reparar demasiado en aquello de la responsabilidad social empresaria. Lo hizo cuando la petrolera OIL M & S era poco más que una compañía provincial que operaba en Santa Cruz y Chubut y lo repitió en el Casino Club de Buenos Aires en 2007 con 90 despidos, poco antes de que Kirchner abandonara el poder con la histórica prórroga –hasta 2032- de la concesión del hipódromo y los tragamonedas de Palermo. También desembarcó con despidos y suspensiones en la automotriz Paraná Metal en 2010 y volvió a reducir personal en 2014.

A diferencia de Lázaro Báez –y pese a que siempre había negado interés en los medios- Cristóbal ejecutó su blindaje durante el segundo mandato de Cristina Kirchner con la adquisición vertiginosa de radios, diarios, portales y productoras de televisión propias.

La semana pasada, el Grupo Indalo Media –que ya había despedido periodistas en C5N el año pasado- decidió ir todavía un paso más allá con su historia de infortunios: echó sin preaviso ni causa a dos delegados sindicales en el portal de noticias Minuto Uno, que le había comprado a Samuel “Chiche” Gelblung en 2011. La noticia tuvo escasa repercusión en los grandes medios, salvo en Clarín que -aunque suele menospreciar a su comisión interna y exhibe también su historia negra de despidos- enfrenta a López como lo hacía con Raúl Moneta durante los años del menemismo. Sin embargo, se trata de un caso de persecución sindical que representa un salto cualitativo y está destinado a ser revocado por el ministerio de Trabajo o por la justicia laboral.

El delegado paritario Brian Majlin y el delegado gremial Lucas Livchits se enteraron de que estaban en la calle, hace 6 días, cuando intentaron ingresar a su lugar de trabajo y el personal de seguridad se los impidió. Los dos forman parte del nuevo Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBa), que reemplazó en los hechos a la antigua UTPBA, reducida desde hace años a un gremio fantasma. La organización de periodistas debutó el miércoles pasado con un acto masivo, frente al edificio de C5N y Minuto Uno en el barrio de Palermo. Mientras los empleados del portal de noticias de López cumplen con su sexto día de cese de actividades en reclamo de la reincorporación de los despedidos, ayer una audiencia en el ministerio de Trabajo trató el tema pero la cartera de Carlos Tomada postergó para hoy una definición.

Cerca del magnate de origen kirchnerista, vinculan el hecho con el proyecto de Indalo para “unificar” sus plataformas digitales a partir de enero de 2016, Ámbito Financiero, Minuto Uno y Rating Cero, entre otras. López ganó centímetraje en los medios opositores cuando detonó el vínculo con las caras consagradas que Daniel Hadad había popularizado en los inicios de su multimedios. Pero no mereció reproches cuando echó al delegado sindical de Radio 10 Carlos Bisigniano, un locutor y periodista que sólo volvió a trabajar en el informativo luego de un fallo judicial a su favor.

Entre Scioli y Das Neves

El empresario que sigue comprando medios es un jugador de peso en la transición política que ya comenzó: ya demostró que no piensa quedarse atado al proyecto de Cristina aunque todavía le jure lealtad desde la pantalla. La relación estrecha que mantiene con Daniel Scioli puede observarse en la cobertura amable y abundante que C5N y Radio 10 le brindan desde siempre a las actividades del candidato del Frente para la Victoria. Pero también en una imagen emblemática que inmortalizó a López en el rol de fotógrafo personal de Scioli, 15 meses antes de que la Presidenta aceptara elegirlo como su sucesor. Fue durante una visita del candidato del FPV a Comodoro Rivadavia, la cuna del empresario. Daniel es el que posa con la camiseta naranaja de su equipo de futsal y Cristóbal es el que gatilla.

En sus charlas con periodistas en el sótano de un restaurant de cocina italiana de Recoleta, bastante antes de convertirse en empresario de medios, a López le gustaba exhibir su agradecimiento a Néstor Kirchner pero también su capacidad de decirle No, como aquella vez en que se negó a comprar la automotriz alemana Mahle durante la crisis de 2009, pese a la insistencia del ex presidente.

Su margen de acción incluye el pacto que acaba de sellar con Mario Das Neves –marginado por la Presidenta del armado nacional- para que su amigo Alfredo Luenzo debute en política nada menos que como candidato a senador nacional de Chubut Somos Todos, el espacio de Das Neves. Después de años como popular animador en el sur, el periodista Luenzo arribó a Buenos Aires cuando Cristóbal comenzó a adquirir medios, pero al poco tiempo se vio desbordado y volvió a su pago chico. Ahora, aquel conductor de radio que oficiaba de vocero del dueño de los tragamonedas –y tenía a su nombre hasta licencias que se atribuían a López- encuentra la chance de ocupar una banca en la Cámara Alta como el primer senador en representación de los intereses del patagónico. 

En su carrera hacia la figuración, el empresario que hace no tanto era comparado con Alfredo Yabrán -por su negativa a dejarse fotografiar, entre otras cosas- parece no tener límites. Elegido para ser parte de la burguesía nacional que pretendió alumbrar el kirchnerismo, sin embargo puede ser confundido con los buitres que acostumbra a señalar la Presidenta.