¿Trastornado, obsesivo, mendocino? Los TOC que nos preocupan

Muchas personas sufren Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) en nuestra provincia. Van desde ideas religiosas a las de simetría o limpieza.

¿Trastornado, obsesivo, mendocino? Los TOC que nos preocupan

Por:Ana Montes de Oca
Periodista

“No puedo estar cerca de niños porque me considero un abusador”, dice Jorge en un grupo de ayuda de personas con Trastorno Obsesivo Compulsivo.

Pero Jorge no es un pedófilo, cuando ve un niño, hay un pensamiento en su mente que le dice que lo toque porque, si no, algo malo va a pasar. ¿Algo como qué? Se pregunta uno. “Una catástrofe, habrá un terremoto, o un incendio, lo que sea, algo malo, para mí y para mi familia, la mente me dice que lo toque, y yo sé que no debo, que no es normal. Entonces empieza mi pelea, mi razón contra esos pensamientos que me invaden y me dicen que tengo que tocar al niño, que lo tengo que tocar en su sexo. Yo nunca he tocado a un niño ni lo haré, pero cada vez que veo uno, la idea de tocarlo se hace presente, junto con la idea de que si no lo hago, algo malo pasará”.

Jorge no es un pedófilo, nunca tocará a un niño ni tendrá “fantasías” con uno. Jorge es un obsesivo compulsivo con ideas sexuales, y sabe, como todos los que tienen este trastorno psíquico, que son ideas irracionales, entonces las combaten con la razón.

Los TOC son un problema global

Una persona que sufre Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) sabe que esas ideas que le vienen continuamente a la mente son irracionales. Sabe que no es una voz del diablo que les habla, sabe que es su enfermedad. Y la resiste. Con muchísimo esfuerzo.

El TOC puede tener varias formas: puede ser con ideas religiosas (tengo que rezar todo el día), sexuales (ideas de perversiones sin ser perverso), de simetría (si no tengo todo acomodado no puedo trabajar), de orden, de seguridad (si no me fijo diez veces que cerré la puerta van a entrar ladrones).

Lo que caracteriza a una persona con TOC es que su mente le dice que si no hace tal o cual cosa (un ritual) algo terrible pasará.

Las personas con TOC no son “locos”, saben perfectamente que esas ideas que los invade son irracionales, entonces comienzan una lucha contra ellas: “Suponete que me corté un dedo y me sangra, entonces cuando voy al baño del trabajo abro la puerta con la mano donde tengo el dedo cortado, mi mente ahí nomás me dice ‘antes que vos abrió esta puerta una persona con VIH, ahora vos vas a tener VIH’. Yo sé que no puede ser, que es imposible, pero llamo al 0800 SIDA para asegurarme, y ahí me dicen que no, que no puedo tener VIH por abrir una puerta, cuelgo, y mi mente me dice que me mintieron, que me dijeron eso porque no quieren que la población sepa que podés tener VIH por empujar una puerta. Así es continuamente”, explicó "S", un paciente con TOC que luego de varios años de terapia logró controlar sus pensamientos obsesivos.

El TOC es una enfermedad psiquiátrica que consiste en la presencia de obsesiones que son ideas que para el paciente tienen un contenido no muy lógico, no son delirantes, pero no tienen utilidad, le generan gran temor y son repetitivas, están todo el día.

Nunca está lo suficientemente limpio

Hay distintas obsesiones, tienen que ver con amenazas, por ejemplo, verificar cerraduras de puertas, llaves de gas, ventanas cerradas. Generan una intensa ansiedad y angustia y lleva a que la persona realice actos compulsivos o rituales. Estos rituales pueden ser de lo más inverosímiles, como aplaudir tres veces y golpear el escritorio una vez. Con eso, la idea obsesiva dice que se acaba el peligro, pero el problema es que la idea obsesiva hará emerger el ritual una y otra vez. “Es una trampa, la idea te dice que hagas eso para que se vaya el peligro, pero en realidad, lo que te pide es que la alimentes”, aclaró S.

Una persona con TOC puede estar horas sumido en sus ideas obsesivas y sus rituales.

“Cuando esto progresa es terrible, porque lleva a una discapacidad funcional, hay personas que no pueden salir de sus casas”, explicó Juan José Vilapriño, uno de los psiquiatras mendocinos que tratan este tipo de problemas.

“Las ideas obsesivas se instalan de manera muy solapada y de forma progresiva y lenta. Comúnmente, un paciente que consulta a un profesional es porque lleva de 8 a 10 años de enfermedad”, aseguró el profesional. 

“Algunas ideas son generadoras de mucha vergüenza, entonces viven años tratando de que no se noten, los pacientes saben que no son racionales, les tienen miedo, nunca podría decirse que un pedófilo tiene TOC porque en realidad, los pacientes TOC no llevan a cabo esas ideas, las combaten”, aclaró  Vilapriño.

“Es importante diferenciar que el paciente con TOC sabe que esas ideas que lo invaden no son voces del diablo ni nada por el estilo, sabe que son ideas que llegan a su mente, son cosas que le ocurren en el cerebro, pero entonces hay una pelea ahí, en el cerebro, porque esas ideas lo obligan a hacer rituales para romper la ansiedad, pero él sabe que esos rituales no mejoran nada. Por eso es una obsesión y compulsión, la obsesión te hace hacer rituales compulsivamente”, explicó S, paciente con TOC.

S, como todos los que sufren este trastorno, es una persona sumamente inteligente, con una capacidad envidiable para reírse de sí mismo, de hacer chistes sobre todo, de intelectualizar cualquier situación con un dejo irónico que puede dejar a cualquiera (que comprenda) tirado en el piso de risa. Sin embargo, S afirmó que el TOC es un sufrimiento muy individual, mayormente porque uno sabe que esas ideas son ridículas “entonces qué le vas a explicar a la gente”.

Mendoza, TOC e inseguridad

Los TOC pueden ser variados en los pacientes y pueden ir desde ideas obsesivas sexuales, religiosas, de simetría o de seguridad.

De todos modos, el doctor Vilapriño aclaró que “el TOC es igual en todo el mundo en cuanto a la cantidad de casos proporcionalmente, es una de las enfermedades más endógenas, provocada por una alteración neurobiológica”, es decir que no tiene que ver con el lugar o con la educación, hay un componente genético.

“La diferencia entre un paciente con TOC y un esquizofrénico es que el paciente con TOC es conciente de lo que tiene y además se quiere sacar las ideas compulsivas, la persona con TOC haría lo que fuera por dejar de tener esas pulsiones”, describió el psiquiatra.

Vilapriño  graficó además que “existen personas cuyo carácter tiene rasgos de tipo obsesivo, pero eso no es lo mismo que padecer TOC. Un obsesivo puede tener problemas a la hora de socializar con otros, pero en su trabajo suele ser excelente, ser obsesivo muchas veces es un plus en ciertos trabajos” .

El profesional también añadió que la diferencia entre tener un rasgo obsesivo y tener un trastorno como el TOC se ve en la funcionalidad: “Muchos pacientes con TOC no pueden hacer su trabajo, ni siquiera pueden salir de sus casas por la obsesión que los invade”.

"Yo me levanté y empecé a tirar alcohol con el gatillo alrededor de él frente a todos los que me miraban atónitos". 

Así es el caso de Valeria: “Yo tengo obsesión por las infecciones. Entonces tenía reuniones en mi trabajo y me escondía para ir a limpiar todo antes de que se hiciera le reunión. Iba con un frasco a gatillo con alcohol y le pasaba a la mesa, a las sillas, a los teléfonos, a los picaportes. Una vez en una reunión uno de los jefes estaba resfriado, estornudaba a cada rato y no se tapaba la boca, estornudaba como para el costado, y yo me levanté y empecé a tirar alcohol con el gatillo alrededor de él frente a todos los que me miraban atónitos. Mientras estaba tirando el alcohol no pensaba en que era ridículo y que me podían echar, solo pensaba en esos gérmenes esparcidos por toda la habitación y pegándose en la piel de todos, pensaba en cómo me iba a enfermar yo y me veía casi en coma enferma de gripe. No me echaron, pero yo no puede volver a trabajar en esa oficina donde se hizo la reunión”.

La mayoría de los pacientes con TOC sufren este problema desde niños, pero recién en la adolescencia empiezan a comprenderlo y aún así no llegan a la consulta médica hasta los 20 o 25 años. “Ellos tratan de ocultar sus rituales y obsesiones y cuando llegan a la consulta es porque ya comprendieron que sufren algún tipo de enfermedad”, aclaró Vilapriño.

También añadió que aunque la mayoría pasa desapercibido, hay algunas señales para que los padres de un posible niño con TOC tengan en cuenta:

- Chicos que se aíslan.

- Se comunican menos que antes, porque están sumidos en sus pensamientos.

- Se ocultan (porque ahí es cuando hacen sus rituales).

- Pueden tener enrojecimiento de manos por la asiduidad con que se lavan ( si sus ideas son sobre infecciones).

- Pueden tener síntomas de ansiedad y crisis de pánico y angustia severa (pero cuando esto se da quiere decir que el cuadro obsesivo ya se estructuró).

Hasta algunas publicidades de limpiadores hablan de los TOC

En este sentido, tanto pacientes como terapeutas aseguraron que no hay otro camino para salir de la obsesión que la terapia. “Tiene que haber terapia, porque la terapia principalmente, la función que cumple, es que la persona entienda que esas creencias no son pecado, ni culpa suya. La terapia tiene un costado psicoeducativo muy grande y también apunta a que el paciente se cuestione esas creencias que son las obsesiones”, explicitó el psiquiatra.

Y agregó: “El TOC no se cura con la mente, es una lucha entre emoción versus razón, porque es el aspecto emocional lo que lo hace compulsivo. Lo primero que tratás con el paciente es que haga un reaprendizaje emocional, el paciente tiene que reconocer que tiene esas emociones excesivas que son de él y después se trabaja sobre eso y ahí se logra bajar la ansiedad que generan las ideas compulsivas”.

Mendoza y la "inseguridad"

Vilapriño describió que en nuestra provincia lo que se ve “es como que hay un ligero aumento en las consultas sobre amenazas por la inseguridad, coincide con pacientes que viven de zonas peligrosas como la Quinta y la Sexta Sección, y los casos de inseguridad los exalta”.

Los TOC por miedo a la inseguridad, a la cabeza en Mendoza. 

También aseguró que en los hospitales hay buenos psicólogos y buenos tratamientos. “Mendoza tiene un muy alto nivel de profesionalidad de salud mental en el sector público, algo que no se ve en otras provincias. Además, tienen la medicación gratuita en los hospitales”.

Los pacientes con TOC tienen un debate eterno entre sus emociones y su racionalidad, por eso es un trastorno que solo afecta a personas de una inteligencia de media a elevada, esas ideas que los atacan pueden llevarlos a extremos terribles de ansiedad y hacerlos tener problemas físicos. Pero ellos lo saben, son conscientes de que esas ideas son eso, ideas que atacan con artillería de miedo. Y las combaten, no sólo son raciocinio, sino también con humor. 

Es necesario que aprendamos de ellos a combatir nuestros temores, y que sepamos que ser paciente psiquiátrico no significa estar loco, muchas veces, significa un cerebro que funciona por demás.