Parirás con dolor (y humillación) en Mendoza

Ya sea una clínica, un sanatorio, un hospital público, con obra social, con prepaga o sin cobertura da lo mismo: todas las embarazadas, en algún punto, han sido víctimas de violencia obstétrica.

Parirás con dolor (y humillación) en Mendoza

Por:Ana Montes de Oca
Periodista

A pesar de que desde hace varios años se habla sobre la violencia obstétrica y que existe en el país una ley que regula el parto “humanizado”, aún se realizan prácticas que convierten al alumbramiento en un acto de sometimiento plagado de humillaciones y vejaciones.

Que te acuesten y te aten los pies a las manos, que te hagan legrados sin anestesia, que te introduzcan cosas en la vagina sin decirte qué, que te dejen sola durante horas desangrándote, que te digan, como si nada, que tu bebé no tiene latidos, que te manden a tu casa y termines pariendo en el inodoro, que te hagan “aguantar” hasta que termine el almuerzo, que te digan que tu hijo se muere por tu culpa porque ya no tenés fuerzas para pujar. Estas son algunas de las situaciones a las que te enfrentás cuando vas a parir. Ya sea una clínica, un sanatorio, un hospital público, con obra social, con prepaga o sin cobertura da lo mismo: todas las embarazadas, en algún punto, han sido víctimas de violencia obstétrica.

Estos son los derechos que establece la Ley Nacional 25.929 de Parto Humanizado y sus vulneraciones: 

Parto humanizado, un derecho inherente de toda mujer. 

Derecho de la madre a ser informada sobre las distintas intervenciones médicas que pudieren tener lugar durante esos procesos de manera que pueda optar libremente cuando existieren diferentes alternativas.

Caso de derecho vulnerado I

 Andrea Lescano, madre primeriza, perdió el tapón mucoso cerca de las 23:30 del 27 de abril.

 “Obvio me asusté y fui a la guardia, donde esperé hasta las 2 de la mañana para que me internaran porque tenía un embarazo riesgoso por la diabetes gestacional. Al otro día me hicieron un montón de pruebas y análisis, no me explicaron nada, sólo que tenían que hacerme análisis. Me dijeron que me iban a romper las membranas”. 

“Como no dilataba, al otro día me pusieron un hilo largo desde el cuello del útero que salía como 4 cm afuera, pero no pasó nada. Al otro día igual, otro hilo y nada. El tercer día justo era primero de mayo y había dos enfermeras estudiantes para todo el segundo piso. Como vieron que seguía sin dilatar al cuarto día me pusieron otra pastilla y esa dio efecto y a las 10 de la mañana empecé con contracciones, sin dilatar. A la una de la mañana no llegaba a los 4 centímetros de dilatación y me pusieron goteo y en una hora dilaté a 10. Ahí parí rapidísimo”.

A Andrea, como a la mayoría de las parturientas, no se le consultó nunca si quería que su parto fuera inducido, y cuál método elegía. 

Le aplicaron los tres tratamientos de inducción: la rotura de membranas (técnica desaconsejada por la Organización Mundial de la Salud debido a que eleva las posibilidades de infección del niño y de la madre, además de que las contracciones son más dolorosas), la administración de prostaglandinas para provocar contracciones (la pastilla con el hilo largo) y la administración de oxitocina por goteo.

 Es un derecho de la madre el de ser tratada con respeto, y de modo individual y personalizado.

Es común, además, que las enfermeras coloquen sueros o medicamentos sin explicar de qué se trata y diciéndoles a las embarazadas que “eso te lo va a explicar el médico”, pero eso nunca pasa.

Derecho de la madre el de ser tratada con respeto, y de modo individual y personalizado que le garantice la intimidad durante todo el proceso asistencial y tenga en consideración sus pautas culturales.

Caso de derecho vulnerado II

Cecilia Biondo recordó su parto: “Cuando pedí que me revisara la partera eran las 6 de la mañana, me revisó y me trató como si fuera la peor basura del mundo, me preguntaba ‘¿¿cuántos hijos tenés vos??’ le respondí que era mi primer hijo y me dijo ‘andá a tu cama maricona de mierda, ya vas a saber lo que es bueno vos... rompen las pelotas por nada estas hijas de puta..’”

"Pasaron todos los practicantes para hacerme tacto"

Mariela Suárez relató: “En el Lagomaggiore nunca sufrí tanto dolor y maltrato, por ser primeriza y ‘abrir las piernas’ como me decían, pasaron todos los practicantes para hacerme tacto, me hicieron una inducción porque dilaté hasta 5 y me quedé ahí, tirada en una camilla por 3 horas más hasta que una enfermera se dignó a escuchar mis quejidos de dolor y me rompieron la bolsa. Para llevarme a unos 3 metros de donde estaba la camilla me arrastraron y me hicieron subir sola a la camilla, después de tanto dolor y sentir que me moría tuve a mi hija a las 23:48. La placenta se me pegó a la pared abdominal y me tuvieron que hacer un legrado, recién a las 03:00 pude ver a mi hija y a mi familia , estuve traumada por muchos meses” .

Derecho al parto natural es respetuoso de los tiempos biológicos y psicológicos, evitando prácticas invasivas y suministro de medicación que no estén justificados por el estado de salud de la parturienta o de la persona por nacer.

Caso de derecho vulnerado III

Andrea Parlanti tuvo a su hija por cesárea programada en el sanatorio Fleming. La razón de la cesárea era porque el bebé estaba en posición podálica, es decir, que su cabeza no estaba en el canal de parto. Sin embargo, le faltaban aún dos semanas para llegar a término.

 El derecho al parto natural es respetuoso de los tiempos biológicos y psicológicos.


“Llegué a internarme y llevaba 12 horas de ayuno, tenía la presión baja y no había nadie que me atendiera. Al largo rato me llaman de enfermería y vino una obstetra que me dijo que me sacara la ropa porque me iba a hacer tacto. Yo le dije que para qué me iban a hacer tacto si yo tenía cesárea y ella me contestó ‘vos no sabés nada, hacé lo que te digo’, y entraron tres personas más, dos enfermeros y un camillero, me dijeron que me sacara toda la ropa y me dieron un camisón casi transparente. Yo sabía que para llevarme al quirófano había que pasar por la sala de espera y ya había visto que había un montón de gente, así que les pedí que me tapen con algo y después de quejarme bastante me trajeron una frazada. Después de que parí me dejaron sola, totalmente desnuda, mientras un empleado limpiaba la sangre del piso por debajo mío”.

“Cuando volví a mi habitación llegó una señora con contracciones, así y todo una enfermera le puso goteo y le dijo que se lo ponía porque en media hora era el almuerzo e iban a estar todas comiendo. La señora empezó a parir y nadie venía, llamábamos a las enfermeras y nos decían ‘¡qué vas a saber vos! Todavía le falta, si recién le pusimos el goteo’ y se mataban de risa. Yo fui hasta la sala de médicos y les dije que la señora estaba coronando y para cuando llegó la obstetra la señora ya estaba en pleno parto, tuvo que tener a su hijo ahí, en la habitación, sola, delante de extraños y cuando vinieron las enfermeras a buscarla, le dijeron "’tendrías que haber aguantado un poquito más, gordita, mirá como manchaste el colchón’”.

"Después de que parí me dejaron sola, totalmente desnuda, mientras un empleado limpiaba la sangre del piso por debajo mío".

Derecho a estar acompañada, por una persona de su confianza y elección durante el trabajo de parto, parto y postparto.

La Organización Mundial de la Salud recomienda que la parturienta esté siempre acompañada de alguien de su confianza ya que se ha demostrado que esto ayuda en el trabajo de parto, relaja a la embarazada, regla su presión, colabora con el proceso de dilatación y durante el parto ayuda a que los pujos sean más eficientes. Sin embargo, es mayor la cantidad de mujeres que han parido en absoluta soledad que aquellas a las que se les permitió estar en compañía de un familiar. En el Lagomaggiore ni siquiera las pueden acompañar durante el preparto. 

En la mayor maternidad de Cuyo, donde hay una gran cantidad de partos adolescentes, ni siquiera estas niñas primerizas pueden estar acompañadas.

En casi todos los relatos, las mujeres que parieron en el Lagomaggiore refieren haber estado en una sala con hasta nueve parturientas más, todas gritando de dolor, a todas las retaban por gritar o quejarse, a todas se les han hecho los tactos delante de las otras, incluso algunas remarcaron que no les permitían caminar o ponerse de cuclillas como enseñan en los cursos preparto para aliviar los dolores. A algunas se les permitió que entrara la pareja al parto, pero no a todas, sin darle explicación de por qué no permitían el ingreso del acompañante, No se permite sacar fotos ni filmar el parto.

Ernesto Olcese, jefe de perinatología del hospital, señaló que “esto se debe a que hay una imposibilidad edilicia”. Explicó que la sala donde se envían a las mujeres en trabajo de parto es demasiado chica como para que además entren los acompañantes y aclaró que “ya se está trabajando en reestructurar el área y poner paneles para separar a las mujeres”. Mendoza Post le preguntó si no se podría haber puesto alguna cortina para dividir y el médico dijo que “no es posible porque va en contra de las normas de higiene ya que las cortinas no evitan infecciones”, pero tenerlas a todas juntas haciéndoles tacto unas frente a otras parece que sí las evita.

El Lagomaggiore, uno de los peores lugares para parir. 

Caso de derecho vulnerado IV

Pam Morales comentó: “Yo tuve el año pasado, y en un momento nos habían dejado solas a todas las chicas que estábamos en trabajo de parto. Todo fue por el Mundial, estuvimos todas solas, en camillas, esperando a que los camilleros nos lleven, estuvimos casi 2 horas porque estaban viendo los partidos”.

Derecho a tener a su lado a su hijo o hija durante la permanencia en el establecimiento sanitario, siempre que el recién nacido no requiera de cuidados especiales.

La OMS recomienda, desde hace unos años, que el recién nacido sea puesto piel con piel con la madre en cuanto nazca e incluso advierte que el cordón umbilical no debe ser cortado hasta que deje de latir. En muchos hospitales del mundo y de la Argentina se ha comenzado a implementar el contacto inmediato del bebé con la madre dado que se ha corroborado que esto mejora la salud del bebé mucho más que una incubadora. Además, se advierte que no es necesario hacer inmediatamente las mediciones del bebé y que incluso se pueden hacer sobre el vientre materno.

Este método llamado “Mamá canguro” es una técnica de atención al neonato con bajo peso o prematurez que cubre eficazmente las necesidades del bebé de calor, estimulación, seguridad y amor, siendo más efectivos que las incubadoras. Así mismo, reduce significativamente la estancia hospitalaria y los costos del cuidado de los neonatos con bajo peso al nacer. Su indicación principal está dada en neonatos estables, es decir, aquellos que pueden respirar por si mismos y no cursan con enfermedades graves,

Sin embargo, en nuestros hospitales y clínicas, lo primero que se hace es cortar el cordón y llevarse al bebé para medirlo. Son muchas las madres que cuentan que no vieron a su bebé durante varios minutos y hasta horas.

Es un derecho de la madre y el bebé estar juntos luego del parto. 

Caso de derecho vulnerado V

 “Tuve a mi hijo por cesárea programada con 35 semanas de embarazo. Cuando nació, lo envolvieron y me lo acercaron un segundo para darle un beso en la frente, apenas pude verle la cara y se lo llevaron a neonatología. La primera vez que vi a mi hijo fue a través de una foto que le sacó el neonatólogo. No me dejaban entrar a neo porque yo tenía suero. Tampoco había una ventana por donde pudiera verlo. Pude tocar a mi hijo tres días después” (este es mi caso personal).

Derecho de la madre a ser informada, desde el embarazo, sobre los beneficios de la lactancia materna y recibir apoyo para amamantar.

Caso de derecho vulnerado VI

 "La enfermera encargada de ver el bebe no paró los tres días de internación de culparme porque yo no tenía pezón. Ella sólo me decía que era yo la que no quería dar de mamar porque era joven. Nunca me explicaron nada ni me dijeron cómo ayudar a mi bebé en la lactancia”, relató María Paula Cabrera.

Como ellas, muchas mamás primerizas que no tienen la suerte de que la obra social les brinde un curso preparto, no saben cómo actuar cuando el bebé “no se prende a la teta” y la mayoría relató que las enfermeras no sólo no las ayudan, sino que hasta se ríen de ellas, lo que sería un simple dato, pero la OMS recomienda que las madres inicien la lactancia durante la primera hora de vida. El niño debe colocarse en contacto con la piel de su madre inmediatamente después del parto, durante al menos una hora, y debe alentarse a las madres, ofreciéndoles ayuda si es necesario, a reconocer los signos que indican que está preparado para comenzar a mamar.

Otros derechos que se violan

Una de las principales recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud respecto al parto humanizado señala que debe permitírsele a la parturienta adoptar la posición con la que se sienta más cómoda para parir. Sin embargo, los hospitales y clínicas hacen acostar a las embarazadas en una posición que, de todas, es la menos recomendable. Hace sufrir más a la madre y le quita fuerza a los pujos. Hace que el feto deba esforzarse más. Esa posición es la causante de muchos desgarros vaginales y hasta uterinos pero… es la más cómoda para el médico.

De hecho, Hospitales como el Ramón Carrillo cuentan con camillas que se pueden poner casi verticales pero eso es algo que no les dicen a las embarazadas.

Incluso la OMS descarta que se les aten las piernas a las futuras madres, pero es una práctica que se sigue utilizando, incluso atándoles los tobillos a las muñecas causando dolores innecesarios a la madre.

Otra práctica que parece subsistir a pesar de que hace años que está prohibida es la Maniobra de Kristeller. Consiste en treparse sobre la madre y ejercer presión sobre la panza para ayudar externamente (y a lo bestia) a que el bebé baje por el canal de parto. 

En muchos países se ha prohibido porque es causante de desgarros uterinos y de quebraduras en el feto. Olcese aseguró que esa maniobra está prohibida en el Lagomaggiore, pero aceptó que “en algunos casos puede ser que el equipo médico la considere necesaria”.

La violación de derechos más fuerte la sufren las que llegan al hospital con abortos espontáneos. Cuanto más jóvenes son, más prejuzgan que el aborto fue provocado.

Varias mujeres han relatado haber sufrido ser increpadas al grito de “¡¿qué te hiciste?!” o haber soportado legrados sin anestesia. Pero, sin dudas, la peor tortura es que aquellas que han perdido un embarazo son internadas en las salas de maternidad, junto con aquellas que parieron y tienen a sus bebés junto a ellas.

Paola Bastías relató: “Fui al Lagomaggiore con trabajo de parto estando de 7 meses (hacía unos días me había hecho un doppler en una salita que había resultado medio confuso por lo que se me recomendó una nueva ecografía). Al llegar al dichoso hospital, y después de esperar mas de una hora con trabajo de parto, una de las enfermeras me hizo pasar para hacerme tacto y mientras colocaba el espéculo decía: ‘¿te gustó el durazno?’. Luego me mandaron al 3er piso en donde me iban a hacer una eco, cuando llegué ahí había 10 médicos mirando qué resultaba de dicha eco, el médico que me atendió me dijo así como si nada... ‘este bebé no tiene latidos’. Luego otra eco, con otro aparato y lo mismo. Me internaron en una habitación normal, y a eso de las doce de la noche comenzaron las contracciones fuertes, rompí bolsa, no podía ni siquiera gritar por el dolor. Una señora que había al lado fue más o menos 6 veces a llamar a los enfermeros, hasta que por fin llegaron a las 6 de la mañana cuando yo tenía el líquido amniótico hasta las orejas. Me llevaron a la sala de partos para realizar un legrado. Había alrededor de 6 parteras y obstetras, pero todas se fueron con otras chicas que estaban con trabajo de parto, mientras yo me quedé sola en una camilla (todos sabían allí que mi bebé no tenía latidos). Hasta que el momento llegó; la beba aparecía. Por suerte había una señora limpiando (creo al día de hoy que era enfermera) y vino corriendo mientras decía "¡ahí está saliendo el bebé!". Después de esto me dejaron 5 días en una habitación llena de mamás con sus bebés y todos los días pasaban ginecólogos y pediatras distintos, por ende todos me preguntaban ‘Mamá ¿y tu bebé?’, y a todos les daba la misma explicación. Salí del hospital destruida, con mis brazos vacíos. pero lo peor aún, el vacío en mi alma.

"Después de esto pasaron dos largos años en donde no hubo un día que no llorara por la cantidad de sucesos y la horrible experiencia"

"Hoy en día lo superé, pero igual, mientras más lejos esté de ese hospital mejor”.

Un parto violento por todos lados

Romina Pagano entró por la guardia de la Clínica Santa María a las 22 del 11 de enero con fisura de bolsa.  “Ahí nomás empezó mi calvario. Me hicieron acostar en una camillita angosta y cortita, la partera me controlaba hasta que llegó el médico que no es el que te viene atendiendo porque en la Santa María te atiende el que está de turno. Ese médico me pedía que pusiera la cola bien al borde de la camillita y que abriera bien las piernas, como yo no llegaba abrirlas tanto me ataron los tobillos a las muñecas a unos fierritos que tiene la camilla a los costados. A mí me dolía muchísimo estar así y el médico me decía que pujara y yo hacía fuerza pero el bebé no salía. La partera entonces se subió encima de mí y me apretó la cara con las rodillas y se tiró encima de panza empujando al bebé con los antebrazos. Como la partera era gorda me tapaba la cara con la panza y yo no podía respirar. Como no podía respirar no podía pujar y ella me gritaba ‘¡dale pujá, estás matando a tu hijo! ¿querés que nazca muerto?’. Mientras pasaba esto había ahí otras 6 o 7 personas mirando y una vez que salió el bebé yo veía que se tapaban la cara horrorizadas. Después supe que por empujarme así la panza me había fisurado útero y vejiga, además me tuvieron que poner 17 puntos de cómo me desgarré la vagina”.

 La partera entonces se subió encima de mí y me apretó la cara con las rodillas y se tiró encima de panza empujando al bebé con los antebrazos.

“Apenas nació mi hija se la llevaron y pusieron un tacho de esos de pintura de 20 litros debajo de la camilla y yo escuchaba como caía la sangre. Preguntaba qué estaba pasando y nadie me decía nada. El médico se fue y le dijo a la enfermera que si me sentía mal me pusieran oxígeno. La enfermera me tiró un líquido desinfectante y se fue. Yo seguía con los pies atados a los fierritos sin poder moverme y así me dejaron sola como una hora, encima el aire acondicionado estaba a 17 grados (yo lo veía) y yo estaba con un camisón bañado en sangre y desinfectante, me sentía cada vez peor, tiritaba al punto de dar saltos en la camilla y nadie venía. Después vino un camillero que me desató y me sacó de ahí a un pasillo donde me dejaron dos horas más, tiritando de frío hasta que pasó el hijo de Hugo Torrente (que es médico de la clínica) y cuando me vio me trajo una frazada”.

"Yo seguía con los pies atados a los fierritos sin poder moverme y así me dejaron sola como una hora".

“Cuando me pasaron a la sala yo seguía sintiendo contracciones y me salían coágulos de 15 centímetros. A la hora el colchón estaba empapado en sangre desde la cola hasta las axilas y la sangre caía por debajo de la cama y había un charco en el piso. Mi mamá llamó a la enfermera y ella le dijo que tenían orden de no cambiar las sábanas hasta dentro de dos horas. Ahí recién me trajeron a mi bebé y vino una neonatóloga que cuando vio la sangre dijo que no dijéramos que ella nos había dicho pero que eso no era normal y que insistiéramos para que me atendieran. Entonces vino alguien con un trapo de piso y con el mismo trapo con el que limpió la sangre del piso me empezó a limpiar a mí. En ese momento me desmayé, me tomaron la presión y tenía 3/5 así que le dijeron a mi mamá que me comprara un sándwich de jamón crudo. Pero al rato vinieron y me pusieron como diez bolsas de suero en pirámide para presionar el útero para que dejara de sangrar. Eso frenó la hemorragia y en la noche nos dieron el alta”.

“Cuatro días después mi bebé tenía mucha fiebre, lo llevé al Notti y ahí me atendieron corriendo y me dijeron que el nene había nacido con deshidratación y que estaba muy complicado y podría tener daño neurológico. En eso yo me desmayo y me derivan al Italiano. Yo no paraba de saltar de los tiritones y les pido ayuda a unas enfermeras que me dijeron que antes tengo que ir a Recepción a pagar el coseguro. De ahí me mandaron a la obra social y allí me mandaron de urgencia de nuevo a la Santa María. Como iba de urgencia me hicieron pasar directamente y esperé una hora hasta que salió un médico restregándose los ojos y pidiendo el papel del coseguro. Aunque le explicamos no me quiso atender hasta que se pagara y mientras mi mamá hacía la cola él se sentó enfrente mío cruzado de brazos mientras yo seguía temblando. Finalmente me atendió y me hizo un tacto que yo casi me muero del dolor y me dijo que me iba a internar para sedarme y poder revisarme mejor. Al rato vino una partera y me dijo ‘¿vos sos la que está para legrado y los puntos abiertos?’".

"Cinco veces me desperté durante el legrado y me volvían a anestesiar porque duró casi tres horas".

Yo le pedí explicaciones al médico y su nombre y no me dijo nada, hasta hoy no sé cómo se llama. Finalmente me hicieron el legrado y yo tenía restos de placenta y principio de septicemia. Cinco veces me desperté durante el legrado y me volvían a anestesiar porque duró casi tres horas”.

“Después del raspaje, venían a mi habitación y me preguntaban dónde había tenido el bebé y cuando les decía que ahí me decían que no había historia clínica mía, había desaparecido y el médico ni siquiera había firmado el nacido vivo de mi hijo. Estuve 14 días internada. Cuando después puse un abogado le dieron una historia clínica dibujada donde no figuraba nada y sin ninguna firma del médico. Finalmente el abogado me dijo que desistiera de demandar porque como no hubo secuelas no había forma de demostrar toda la negligencia”.


-Si estás por parir, evitá ser víctima de violencia obstétrica. Informate sobre la Ley de Parto Humanizado:  http://www.msal.gov.ar/vamosacrecer/index.php?option=com_content&id=390:ley-nacional-no-25929-ley-de-parto-humanizado&Itemid=225

-Y para saber si fuiste víctima de violencia obstétrica podés responder este cuestionario: http://www.dandoaluz.org.ar/pdfs/TestdeViolenciaObstetrica.pdf

(Las fotos de esta nota son ilustrativas)