De abortar, a luchar por la vida de los dos

La historia de una mujer que luego de realizarse la práctica decidió promover la vida. Testimonio de una lucha ardua.

De abortar, a luchar por la vida de los dos

Por: Mendoza Post

Carolina Conte tiene poco más de 30 años, es madre, abogada y a los 19 años se practicó un aborto que le cambió la vida. Aquella experiencia la llevó a un período profundo de depresión, silencio, aislamiento, y luego reflexión y lo que ella llama "sanación". Ese trabajo de diez años derivó en un libro de referencia, luego de ser madre por primera vez con aquel novio de su juventud -ahora su esposo- justamente quien le había acompañado en el penoso proceso del aborto.

Las organizaciones antiabortistas recomiendan "Vida para dos", el libro de Carolina, pero especialmente a aquellas mujeres que piensan en abortar. 

Por eso mismo y en medio del debate nacional por la despenalización y después de las marchas a favor y en contra de esta práctica; Carolina contó su experiencia a Te Digo Lo Que Pienso -que se emite de lunes a viernes de 6:50 a 9:00 en Radio La Red Mendoza 94.1.

-¿En qué momento te arrepentiste de haberte practicado un aborto?

- Apenas salí del departamento donde me lo hice. Ahí mi cabeza comenzó a pensar en todo lo que había pasado.

-¿Sabes que esa industria sigue trabajando en Mendoza?

-Sí, lamentablemente. 

-¿Cómo fue el momento en qué tomaste la decisión?

-La verdad  es que fue complicado, no es fácil pasar por una situación así. Pero no lo hice sola, fue algo compartido que decidimos con mi novio. Aunque tengo que reconocer que lo hicimos por nuestra propia ignorancia.

El doctor también colaboró para que esto pasara. Él me trató de tranquilizar en ese momento. Apenas terminó de hacer "su trabajo", me dijo que me iba a mostrar lo que me había sacado para que me quedase tranquila. Se fue al baño, como si realmente no me lo quisiera enseñar, y cuando volvió me mostró una pequeña célula de color cristalina. Ese gesto me dejó tranquila, con mis 19 años y mi ignorancia, me hizo creer que no era nada grave lo que había hecho. 

-¿Cuándo tomaron esa decisión, consultaron a alguien... a algún adulto?

-No, la verdad  es que no. Era una situación de extrema vulnerabilidad y crisis emocional que te da mucha vergüenza, incluso preguntar. Con mi novio decidimos no consultar a nadie y luego yo lo oculté durante 10 años. Ahí me enfoque en mis estudios, aunque con el tiempo mis metas cambiaron: ya no quería ser abogada, ahora soñaba solamente con ser madre.

-¿Cómo tomaste la decisión de volcar todo esto en un libro?

-Gracias a todo el proceso de sanación por el que yo pasé para solucionarlo. Fue el año pasado cuando una amiga del grupo Provida se me acercó, para decirme que estaban buscando una persona que haya vivido algo así... Para que contara el daño integral que le generaba a una mujer hacerse un aborto.

Me di cuenta que era el momento de hacer algo al respecto y por eso decidí escribir todas esas sensaciones que yo sentí, en un libro. Puse el foco en cómo se destruye la identidad física, mental y emocional. 

Además, propongo educación y prevención para no llegar a estas situaciones, ya que yo no tuve esa posibilidad y si la hubiera tenido, habría actuado de otra forma. Por eso, con mi libro intento dar toda la información que se tiene que tener a la hora de tomar la determinación de abortar.

-¿Saliste caminando de hacerte esta práctica?

-Sí, como si me hubiera hecho una práctica normal con un ginecólogo.

- Te habrán llenado de medicamentos y de alimentos con mucho hierro... 

- No. No me dieron nada. Fue como si nada hubiese pasado... como si me hubiese hecho un Papanicolau

-¿Llegaste a tu casa... y qué pasó?

-Empecé a llorar, intenté a reflexionar, pero no podía.  Era un dolor que tenía muy adentro... y te lo guardás, porque es algo que te avergüenza. Hasta que en algún momento de tu vida sale, en mi caso fue con el destete de mi hija. Esa separación física de ella me materializó y empezó mi proceso de sanación que me llevó a salir adelante.

Casi 20.000 personas marcharon en Mendoza en contra de la despenalización del aborto.

-¿A quién se lo contaste primero?

-Empecé a confesarlo en mi familia y alrededores. Pero antes, no paraba de llorar y llorar, todos decían que tenía una depresión profunda. Me mandaron al psiquiatra y al psicólogo porque nadie entendía qué me pasaba. Cuando les conté, recién ahí empezaron a comprenderme.

-¿Cómo fue ese proceso de sanación?

-Es largo, pero vale la pena. Es la luz de esperanza que yo le intento contar a todas las mujeres que están en el Síndrome Post Aborto. En algún momento esa luz llega para sanar estas heridas. 

Gracias a Dios llegué a una psicóloga que me trabajó el autoestima. Me "rehumanizó", me ayudó a darme valor como persona. Ahí empecé a perdonarme y a sentir el perdón del No Nacido.

-En general, cuando una pareja decide hacer un aborto, no sobrevive como tal...

-Es verdad, la mayoría no continúa. Nosotros después de una crisis, pudimos salir adelante: triunfó el amor por suerte.

-¿Cuántos hijos tenés?

-Una, Guadalupe.

-¿Qué sentiste con el embarazo de tu hija?

-Fui una madre temerosa y sobreprotectora, me moría si le llegaba a pasar algo. La psicóloga me dijo que todo eso era consecuencia de lo que ya había pasado. 

-¿Volviste a ver al médico que te hizo el aborto?

-Lo busqué hace poco en Facebook y lo encontré, me pareció una paradoja y una locura las frases que ponía. Se mostraba como un profesional amoroso a la vida y los comentarios de la gente me llamaban poderosamente la atención, me dieron muchas ganas de mandarle mi libro de regalo.

-¿En qué año te hiciste el aborto?

-2004.

-¿Cuánto te cobró el médico?

-No recuerdo, pero un precio accesible para cualquier persona.

En ese momento hacerse un aborto tenía un precio accesible.

-¿Cómo sobrellevaste el hecho que todos comenzaran a conocer tu historia, el proceso por el que pasaste, al leer el libro?

-Fue re lindo, de esa manera cerré todo este período en donde la gente quizás no me comprendía. 

-¿Qué consejo le podés dar a una chica que está en la situación de abortar?

-Que busquen ayuda, que si le da vergüenza en el ámbito de su familia que vaya a asociaciones como Gravida o Viñedos de Raquel. Son personas como yo que se dedican a escuchar a mujeres... y que no  es la voz de un médico que hace eso porque es profesión.

Las chicas que pasen por ese momento tienen que saber que trae consecuencias nefastas para todo lo que les queda de vida.

-¿Cuántos días pasaron desde que estabas embarazada hasta que decidiste practicarte el aborto?

-Dos meses en total, el primero fue el que me demoré en saber que estaba embarazada. En ese momento no tenía autoestima propio, esa es la clave que las mujeres tengan una fortaleza interna para decidir seguir con eso. Todo se reduce al miedo, pero hay que quedarse tranquilos porque todo tiene solución.

Hay que pensar en que tenemos la fortaleza para seguir adelante.