"Tenemos que bajar los costos dentro del sector y mejorar la eficiencia"

La crisis del vino no es nueva, sino que viene de arrastre. Tiene que ver con diversos factores, algunos locales y otros foráneos, de mayor y menor complejidad.

Ciertamente, es un tópico complicado de comprender por parte de aquellos que no están involucrados en el mundo vitivinícola.

Sin embargo, para graficar lo que ocurre en estas horas, basta mencionar tres cuestiones respecto del vino:

1-Vive un verdadero cambio de hábito: en la década del 60/70 se tomaban, en promedio, noventa litros por persona por año y hoy esa cifra descendió a 20 litros.

2-Perdió volumen porque su protagonismo fue robado por la cerveza y, en menor medida, por el fernet. Algunos aseguran que las gaseosas también hicieron lo suyo.

3-Está afectado por el atraso cambiario.

“En realidad, hay un tema coyuntura y un tema estructural”, aclaró al Post Eduardo Sancho, presidente de la Federación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas (FECOVITA).

Acto seguido, aclaró: “Hay medidas que hay que tomar, desde el gobierno nacional y provincial, y otras desde el sector industrial”.

-En lo concreto, ¿qué se está haciendo en estas horas?

-Se están haciendo cosas, como las negociaciones internacionales para que nos bajen los aranceles. Chile tiene en casi todos los países “arancel cero”. Y tener que competir en esas condiciones nos complica. Precisamos que nos den un mayor reintegro, al menos hasta que se acomode el tipo de cambio.

-¿Reintegro de qué tipo?

-Reintegro de los impuestos. A las exportaciones, por ejemplo. Ahora está en el orden del 6% y tendría que irse al 9%.

-¿Esto se le planteó a algún funcionario del gobierno?

-Sí, la Coviar se lo planteó al Presidente de la Nación.

-¿En qué situación se encuentra la vitivinicultura respecto de la discusión que plantea el gobierno sobre los aranceles?

-En realidad, el gobierno no ha priorizado la vitivinicultura cuando negocia los aranceles para diferentes productos.

-Más allá de los factores como el tipo de cambio y los aranceles, ¿cómo es posible que el vino haya sido superado por la cerveza en los hábitos de consumo?

-El tema del hábito pasa mucho por la publicidad. Si comparás, en todos los medios perdemos 10 a 1. Hay mucha publicidad de cerveza y poca de vino.

-¿Por qué?

-Porque ellos pueden, porque hacer cerveza o gaseosas es barato y te deja un margen de ganancia superior, que te permite publicitar. Ahí está el problema, estás compitiendo con un producto que es muy barato.

-¿Ello explica la caída del consumo del vino, que está en su nivel más bajo?

-Es casi imposible pensar que vamos a consumir 90 litros por habitante como en los 70. Pero tampoco está bien que estemos por perforar los 20 litros por habitantes. Es muy poco.

-¿Cuánto debería ser un consumo razonable?

-Tendría que ser de 30 o 40 litros por habitante.

-¿Y cómo se logra?

-Por lo pronto, yo creo que tenemos que reestructurarnos. Hay que jugar urgente.

-¿De qué manera se puede mejorar la competitividad?

-Hay que desburocratizar un poco, hay controles innecesarios dentro de la vitivinicultura. Nos hacen competir con la cerveza y la gaseosa, que casi no los tienen. Tenemos controles tremendos que nos ponen en desventaja.

-¿Solo eso?

-No, hay mucho más, está todo el tema de los ferrocarriles. Imaginate que llegar al Puerto de Buenos Aires es más caro que llegar de Buenos Aires a Rotherdam, un mercado internacional.

-¿Entonces?

-Ahí tienen que aparecer medidas que nos faciliten para poder llegar más a los mercados internacionales. Tenemos que bajar los costos dentro del sector y mejorar la eficiencia.

-¿Qué ocurre con los productores frente a todo este panorama?

-El productor no ha tenido durante 20 años acceso al crédito. Que es lo que precisa para poder reconvertir y transformar, no solo hablo de cambio de varietal sino de mejora de productividad.

-¿Ahora sí tiene acceso al crédito?

-Se viene trabajando junto al Fondo de la Transformación. Ya hemos logrado gestionar unos 60 millones de pesos, pero es una gota en el mar. El problema es el pequeño y mediano productor, son los más complicados. El otro sector es el comercial, que se queda con la mayor tajada.

-¿Cómo es ese punto?

-No puede ser que el sector comercial, sin arriesgar nada, facture hasta un 100% más de lo que cuesta el producto, eso es lo que llega al consumidor. También es un punto que hay que analizar.