Qué hay en la cabeza de Lucía Pannocchia, la compañera de Cornejo

Es la mujer del nuevo gobernador de Mendoza. Bajo perfil, técnica y cautelosa. Cómo piensa ayudar "al Alfredo, mi compañero".

Qué hay en la cabeza de Lucía Pannocchia, la compañera de Cornejo

Esta entrevista empezó en España. Allí vive, hace varios años, el hermano de Lucía, Alejandro. Los Pannocchia son parte de un clan bastante conocido en San Carlos, aunque mucho más en La Consulta. Alejandro fue el único intermediario. Y según me dijo ella, apenas nos vimos, fue la mejor estrategia para que finalmente  accediera a darme este reportaje. Es que tiene un perfil bajo, que desea conservar, pese a que sea la “compañera” del gobernador electo de Mendoza, Alfredo Cornejo. Y, por ende, la primera dama en los venideros años de la nueva administración ya consagrada.

Siente que no tiene nada que anunciar, ni nada más que decir que su esposo. Sin embargo, la historia de Lucía, así como sus ideas, sus intereses y hasta sus hábitos, dejan ver a una mujer política fuera de lo clásico. De eso también hablamos.

Me recibe en su oficina del CICUNC. Su escritorio tiene papeles por todos lados. La infaltable computadora personal del trabajador contemporáneo. Flores, de las yerbateras. Y un equipo bastante completo para la infusión del no menos tradicional mate. Es la oficina de una técnica universitaria.

En menos de una semana cumplirá 50 años. Y seguramente festejará en la intimidad, tal su estilo. No hablamos de eso, pero ya pueden pensar los regalos y los saludos. Hablamos, eso sí, y bastante, de Mendoza, de lo que hay y lo que vendrá.

"La gente lo votó al Alfredo, entonces, ¿por qué sería interesante que me conocieran a mí, antes de las elecciones?"

- Quiero ser muy sincero. Antes que tu marido fuese elegido gobernador tuvimos una reunión en Mendoza Post. Allí analizamos a quiénes podemos entrevistar. En especial para pre-producir esas notas. Tenía curiosidad de conocer tus ideas, tu historia. Me parecía importante que la gente también las conociese.

- (Asiente) En realidad, esto no me va. La gente votó al Alfredo, entonces, ¿por qué sería interesante que me conocieran a mí, antes de las elecciones? No sé si eso sumaba. Y ahora me parece que hasta que él no asuma no tiene tampoco mucho sentido que hable de mí. Y así mismo puedo decirte que voy a tener un rol específico como compañera del gobernador y de ahí haré algunas tareas puntuales, pero, hoy por hoy, no hay nada definido.

- A ver si estoy equivocado y me lo aclaras. ¿Hablas como si no tuvieses mucho que ver, no solamente en esta campaña, sino en la construcción política?

- Sí, claro que tengo que ver. Pero desde un lugar que no tiene que ver con la militancia política. Tiene más que ver con haber pasado toda una vida con él. Y obviamente hemos construido un montón de cosas. Y lo he acompañado en esta construcción suya, pero, bueno, veremos. Creo que voy a tener más cosas para decir después del 10 de diciembre. En realidad por eso venía el comentario. Y también no dar notas.

- ¿Es una cautela estratégica?

- No, no lo es. Además el contexto también va a ir determinando qué cosas puedo ir haciendo o no. Qué cosas me gustan, las tengo muy claras. Pero creo que el contexto es lo que va a ir definiendo en qué voy a colaborar con él, en su administración.

"El contexto es lo que va a ir definiendo en qué voy a colaborar"

- Revisaba la etapa democráfica de Mendoza desde 1983. Concluí que las mujeres de los gobernadores no tuvieron demasiada gravitación ni historia en la política.  La última mujer que pareció estar muy vinculada, desde lo político y lo técnico, fue Mónica González Gaviola ¿no?

- Eso te iba a comentar, Sí, a mí me parece que el rol de ella fue muy interesante ¿no? Innovador, con vuelo propio. Mónica se ha destacado en esta situación.

- Y funcionaba con Bordón como una sociedad...

- (Interrumpe) Como equipo, sí, sí. ¿Cómo era el nombre del Instituto de ella?

- INSTECO

- ¡Eso es! Me parece que ella tuvo un rol muy-muy diferente al resto.

- Hablamos de 1987. Un rol muy innovador. ¿Sería ése el modelo que te gustaría volver a desarrollar?

- ¡Uh, me encantaría! Pero, bueno, ella tiene otra formación, tiene otra personalidad, otra experiencia. Pero puede ser una referencia, en realidad.

- Visto lo que hizo, lo que aportó, su experiencia fue muy enriquecedora.

- Sí. Pero también Bordón se diferenció, me parece, en su estilo. Creo que los dos marcaron una impronta muy, muy beneficiosa para la provincia porque, creo que hay un antes y un después de ellos. Y tenerlos como parámetro me parece un buen nivel para partir, ¿no?

"En Mendoza hay un antes y un después de Bordón y Mónica González de Gaviola" 

- ¿Sos tímida o no te gusta estar al otro lado de la comunicación?

- Soy súper tímida.

- ¿Tanto?

- Sí (risas). ¿Te queda alguna duda? Soy muy tímida, de las que se ponen coloradas y ese tipo de cosas (más risas) Me avergüenzo y se me nota en el acto.

- Vas a lidiar mucho con esa parte.

- Sí, pero me parece que puedo hacer muchas cosas sin tener un perfil tan alto. No tengo por qué hacer cosas y salir por televisión contándolo yo misma. Si hago cosas creo que se pueden medir por resultados. De otra forma y sin que yo lo cuente. Tampoco comparto esa cosa de tanto protagonismo por ser “la esposa de”. Acá el lugar lo ganó Alfredo, concretamente, con votos y con toda su trayectoria y todo el trabajo que hizo para estar donde está. Y bueno, que yo haya acompañado, OK, pero de ahí a que yo tenga que tener un protagonismo por eso, me parece que no. A mí me gustaría que me evaluaran, si cabe el término evaluarme, por resultados. Ojalá que pueda hacer aportes para cambiar algo.

Tampoco comparto esa cosa de tanto protagonismo por ser “la esposa de...”

"A mí el papel de

Karina Rabolini, puntualmente,

no me gusta"

- ¿No serías como Karina Rabolini, por ejemplo?

- No, ni ahí (risas).

- ¿Ni ahí?

- Ni ahí. A mí el papel de Karina Rabolini, puntualmente, no me gusta.

- ¿Por qué? ¿Por su estilo?

- Ella viene de otro ambiente, tiene otro estilo de vida. Ella fue modelo. O sea, tiene un montón de características que hace que se le faciliten las cámaras y la exposición pública y demás. Pero yo no quiero ni aprovechar ni decir nada como “esposa de”. Eso no lo haría nunca. Y por eso no trabajaría en el sentido que ella lo hace.

- ¿No es tu perfil?

- No. No andaría pidiendo que lo voten al Alfredo, por ejemplo. O a sus candidatos. Y menos desde donde ella lo plantea. No me parece que le haga bien a las mujeres tener ese modelo.

- ¿Por qué?

- Yo me quedo con el modelo de Mónica González Gaviola, de autonomía de pensamiento, de iniciativa. Mónica jamás tendría un discurso machista, por ejemplo. Me parece que entre ellas dos, toda la vida optaría por hacer un camino parecido al de Mónica y no al de Karina Rabolini.

- Va a haber una ruptura, entonces, sabiendo que pensás así. Una ruptura en lo protocolar y en lo institucional.

- Yo creo que ya el estilo del Alfredo marca también una ruptura en la manera de hacer política, en la forma de gestionar. Y me gusta el estilo que tiene. Y bueno, seguramente hacemos algo por ese lado. Y si hay una ruptura para que eso sirva, para que haya un crecimiento de ciertos sectores, por ejemplo, el de las mujeres, en buena hora, ¿no?

"El estilo del Alfredo marca también una ruptura en la manera de hacer política, en la forma de gestionar"

- Los temas de género, ¿serán una prioridad tuya?

- Desde luego. Yo siempre he mantenido con estas causas una constante preocupación. Y siempre he trabajado en tareas vinculadas a problemáticas de género. A mí, particularmente, me interesan mucho los problemas de la mujer en las zonas rurales. Siempre trabajé en temas de ruralidad y me parece que hay una deuda de parte del Estado muy grande. Y hay cuestiones culturales que habría que modificar, si se pudiera. Y al menos facilitar otras herramientas para que tenga acceso a otras cosas. Empezando por la salud y la educación. Y también la salida laboral.

- Veamos algo concreto. Porque también sos especialista en turismo rural ¿no es así?

- En realidad, en mi formación soy licenciada en Comunicación Social y Psicóloga Social. Y trabajé muchos años en el Instituto de Desarrollo Rural en el Área de Comunicación.

- El IDR.

- Exacto. Allí, justamente, cuando estaba Pizzi como gerente del IDR, se hizo un trabajo muy interesante, con capacitación que nos daban sociólogos chilenos. Y se configuró un Plan de Desarrollo Rural. Yo me hice cargo de uno de esos programas. Creo que se hizo un muy buen trabajo. No sólo desde la otra visión de trabajar el turismo en Mendoza, sino también como una forma de mostrarle, a la mujer, y a la familia rural, que había otra posibilidad de ingresos para ellos. Todo desde las tareas que ellos hacen habitualmente, que tiene naturalizadas y bastante esforzadas y desvalorizadas. Pudimos revalorizar esas tareas. Y cuando vieron que había gente que apreciaba su trabajo, que pagaba por conocerlo y tenerlo, creo que hubo un salto interesante.

- La matriz de estos programa, ¿venía de Chile, de sus sociólogos?

- Tomamos mucho de la Junta de Andalucía. Y de la experiencia de Chile e Israel.

- La reconversión de Andalucía fue fantástica, en el turismo rural.

- Así es. Nosotros trabajamos en los conceptos teóricos de esa experiencia. Y también le dieron sustento al programa lo sucedido en Israel. Nos visitaron especialistas y nosotros también fuimos a capacitarnos. Lo cierto es que hicimos una adecuación a las características culturales y geográficas nuestras. Y con eso elaboramos un mapa productivo de Mendoza.

- Sobre la problemática de la mujer en la zona rural hay varios trabajos tuyo publicados...

- (Interrumple) ¿Eso lo viste en Google?

- Sí.

- Yo soy un desastre guardando archivos (risas).

- ¿Qué es lo que se puede mejorar en esta área? Es una problemática concreta y real. En Mendoza conviven, en algunos lugares, emprendimientos turísticos millonarios y alrededor comunidades bastante carenciadas, con dificultades de todo tipo.

- Sí, totalmente. Incluso hicimos un trabajo, que fue un poco independiente del IDR. Pero después de mi experiencia con el IDR, trabajé con puesteros de Malargüe. Gente que por generaciones y generaciones trabajaron como puesteros y, bueno, tenían sus tierra y demás. Llegaron los malayos allí y quedó el desparramo. Y comenzaron los problemas. Uno de ellos lo planteaban los adolescentes y jóvenes: preferían ser empleados públicos. Es decir: preferían irse del campo a la ciudad. Limpiar acequias como municipales antes de seguir haciendo lo que habían hecho sus padres, sus madres, sus abuelos y sus tatarabuelos.

"El actual asistencialismo me parece que limita las posibilidades de crecimiento, incluyendo el personal"

- ¿Y cómo se contrarresta? Porque si el horizonte, la esperanza de vida de una persona, es ser empleado público, es una tragedia.

- Mejorando los presentes. El actual asistencialismo me parece que limita las posibilidades de crecimiento, incluyendo el personal. En cambio, para mí, el turismo rural tiene una cuota de creatividad importantísima.

- ¿Hay que apostar ahí. entonces?

- Creo en la creatividad y en el poder de valorizar lo que ellos mismos producen y hacen, destacarlo y darle un valor agregado. Creo que eso es lo que suma. Nosotros ya lo hemos trabajado como un concepto de pequeña empresa. No queremos hacer asistencialismo, no queremos generar clientelismo político, que es lo que se ha hecho últimamente. Queremos que la gente se empodere. Y ayudarlos en la articulación para que ellos generen sus propios mecanismos de comercialización. Creo que el Estado tiene que estar para facilitar, para dar información, hacer de nexos, promover intercambios. Si no pasa esto: que la gente quiere ser empleada pública.

"El Estado tiene que estar para facilitar, para dar información, hacer de nexos, promover intercambios"

- O esperan subsidios como única solución.

- Y no puede ser el fin. Lógicamente esto no puede ser el objetivo. Las experiencias de las que ya he participado me han dado muchísima alegría y satisfacción. Incluso con gente que se había dedicado toda la vida a otra cosa y cuando descubrió que con esto podía generar más ingresos hizo más interesante la experiencia. Para ellos, para sus familias y para mejorar su situación económica. Y si bien este tipo de cosas no se ven en el corto plazo, hubo gente que empezó a exportar sus productos a Europa. Eso lo generamos con ProMendoza. Creo que ahí está la creatividad también, ¿no?

- En trabajos de los que has participado hay mapas y circuitos de las regiones de Mendoza.

- Y de las distintas culturas, no sólo de las diferencias de producciones, sino que hay formas culturales variadas. Por ejemplo, yo soy del Valle de Uco. Y siempre rescato la gente de allí. Pero sé que cada región tiene su particularidad, sus potencialidades, sus encantos y sus dificultades. Me duele también que se haya perdido esto. En el IDR, puntualmente, se perdió el Plan de Desarrollo Rural. Allí la gente elegía sus propios delegados, se trabajaba en escuelas para que no fuera una cuestión política, sino que la escuela era la institución que aglutinaba la comunidad y los juntaba a todos. Este trabajo social se perdió para hacer mesas donde se bajaba línea y se acataban órdenes o se bajaba plata. Y es la peor clase de clientelismo político que podemos sufrir.

"Hemos cambiado la escuela como eje de la vida social de las comunidades rurales. Hicimos la más fácil. Lo que no tiene resultados exitosos ni a medio ni a largo plazo"

- Punteros, estructura, favores.

- Así es. Cambiamos la escuela como eje de la vida social de las comunidades rurales. Y recuperar este tipo de hábitos lleva muchísimos años. Porque los niños y los jóvenes aprenden formas que luego cuesta revertir. O sea, hicimos la más fácil, y la que no tiene resultados exitosos ni a medio ni largo plazo.

"Mi medicación es con plantas, me medico 

con yuyos"

- Al IDR, ¿lo vas a recuperar?

- Esperemos (risas).

- No quiero sacarte qué vas hacer. Sí comunicar tus prioridades.

- Hoy por hoy, lo más concreto es que estamos empezando a trabajar en un proyecto de Universidad Saludable. Me he sumadoo por una cuestión de coherencia con lo que creo, pero también porque hay una inquietud de empezar a perfilar la UNCuyo en este sentido. Y creo que yo ahí también puedo hacer de nexo.

- ¿Qué es una Universidad Saludable?

- Tiene que ver con normas ambientales, como el reciclado, bajar los niveles de contaminación, y hasta de mejoras en la alimentación de los estudiantes en el comedor universitario. También vengo trabajando hace un tiempo, con el programa “Separa”, para hacer reciclado en oficinas públicas. En ese sentido estamos empezando a esbozar tareas para desarrollar cuestiones vinculadas al cuidado del ambiente.

- Sos vegetariana

- Sí. Hace como 7 años, más o menos.

- ¿Por qué decidiste no comer más carne?

- Hacía mucho que lo venía intentando. No fue una decisión de un día para el otro. Tuvieron que ver varias cosas. No sólo que considero que es más saludable, sino que es una forma de hacer una humilde contribución en contra del maltrato animal y todo lo que eso implica.

- ¿Cambió tu vida para que esto sucediese? ¿Asumiste más compromiso? Se sabe que sos una persona amante de la naturaleza.

- Sí, es así. Mirá, mi medicación son plantas, me medico con yuyos (risas)

- ¿En serio?

- Sí, sí, en general sí. Es un cambio de vida que me ha hecho muy bien. No sé si se lo recomiendo a todo el mundo. Pero a mí me sirvió.

"Nos complementamos a partir de que somos bastante diferentes en muchas cosas. Y parecidos en otras".

Los Cornejo,

allá lejos y 

hace tiempo.

- ¿Cómo hacés para convivir con una persona tan eléctrica, hiperactiva e incansable, como tu marido?

- (Ríe) Y nos complementamos. Yo creo que si los dos fuéramos iguales no funcionaríamos. Creo que nos complementamos a partir de que somos bastante diferentes en muchas cosas. Y parecidos en otras.

- ¿Sos la única persona que lo baja a tierra?

- Sí, yo creo que sí. La familia, en general, es la que lo baja. Y con los chicos también, ni hablar. El busca mucho el espacio familiar, lo cuida, lo genera. Es su cable a tierra.

- Realmente es incansable.

- Sí, a mí me sorprende (risas).

- ¿Todavía te sorprende?

- Todavía, sí. Tiene una capacidad de laburo impresionante. Y es lúcido. Porque podés laburar mucho y no estar lúcido. Pero Alfredo tiene un nivel de lucidez, a pesar del ritmo que lleva, que es admirable. Yo creo que esto de administrar, ejecutar, es realmente lo de él. No podría haber hecho otra cosa.

"Alfredo tiene un nivel de lucidez, a pesar del ritmo que lleva, que es admirable"

- Los cientistas sociales locales deberían estar muy contentos.

- ¡Claro que sí!

- Al fin llegó uno, ¿no? Estamos acostumbrados a tantos abogados en política. Son como una peste. Y encima, sin ideas. Por eso rescato esta cualidad en él, que también es ejemplo de lo que puede devolver la universidad pública en Mendoza.

- Bordón también es licenciado de Ciencias Políticas, pero no de Mendoza.

"Va a ser difícil para Mendoza salir de cómo estamos"

- Supongo que lo debes ver más preocupado que antes de la campaña, frente a los números reales de la Mendoza que enfrenta.

- (Muy seria) No es para menos. Yo creo que él, aunque esté preocupado, sabe qué es lo que hay que hacer. Y además tiene muy buenos equipos técnicos. Entonces trabaja mucho en equipo. Y eso lo ayuda también a tomar mejores decisiones.

- ¿Se preparó mucho para ser gobernador de Mendoza?

- Yo creo que está preparado más que muchos de los que hemos tenido.

- ¿Das fe, completamente?

- Totalmente. Incluso sus especializaciones académicas en el exterior y otros estudios siempre han tenido que ver con lo mismo, con el manejo de la cosa pública. Y creo que haber estado en Godoy Cruz ha sido una buena plataforma para mostrar que sabe hacerlo. Porque creo que nadie puede cuestionar la gestión.

- ¿En Mendoza  hemos quedado muy aislados del mundo?

- Yo entiendo que sí. Y me parece también que la Argentina está cada vez más aislada. Va a ser difícil para Mendoza salir de cómo estamos. Las crisis de las economías regionales no va a ser fácil remontarlo. La crisis educativa, la cantidad de empleados públicos sin sentido.

- ¿Ya caíste que estos 4 años van a cambiar tu vida?

- Sí. Eh...

- ¿Caíste?

- Sí (risas).

- ¿O vas cayendo de a poco?

- ¿Sabes que siento que nos pasa? Y les pasa a mis hijos también: que todo esto ha sido paulatino. Mis hijos crecieron con un papá político, un papá funcionario, un papá militante y esto es cotidiano en nuestra familia. Obvio que nos van a cambiar un montón de cosas. Esto que yo te decía, lo de mi timidez y demás ,que por ahí, a lo mejor, lo voy a tener que ir procesando. Pero no es una cosa que me parezca un cambio tan rotundo. Es un nuevo cambio. Lo sentimos así.

"Mendoza tiene características como para desarrollar actividades más relacionados con productos y alimentos orgánicos"

- Hablaste recién de economías regionales. ¿Hay algún tipo de nuevo de nuevo alimento que se pueda cultivar en Mendoza, típicos de la zona andina?

- No, ni idea.

- ¿La chía, la quinua?

- No sé si eso funciona aquí. Sí sé de huertas familiares, que sí lo hacen y les va muy bien. Pero me parece que podríamos innovar por el lado de los orgánicos, que creo que a nivel mundial eso es lo que está creciendo. Y el mercado lo pide. Podría ser una alternativa. No tengo mucha idea de economía, pero me suena que Mendoza tiene características como para desarrollar actividades más relacionados con productos y alimentos orgánicos.

- ¿Te gusta que hoy vaya gente de todo el mundo al Valle de Uco?

- Claro que me gusta. Lo que no me gusta es que yo no lo veo planificado a este desarrollo. Entonces, cuando no está planificado creo que se hace mal, que se deterioran, en algunos casos,  asuntos vitales como el medio ambiente. O que no se genera todo el dinero que se podría generar si estuviera más sistematizado, más planificado. Nos falta muchísimo trabajar los atractivos turísticos que tenemos.

- ¿Siempre viviste en Mendoza?

- Sí.

- ¡Y en los próximos 4 años también!

- (Interrumpe) No, salvo que huya (carcajadas). Me encanta Mendoza. Es una pasión.