El contraataque de la joven que denunció a los rugbiers por abuso sexual

La chica envió una carta en la que reflexiona sobre lo que le pasó esa noche en la fiesta.

El contraataque de la joven que denunció a los rugbiers por abuso sexual

Por: Mendoza Post

El caso de los rugbiers imputados por abuso sexual con acceso carnal agravado por la participación de dos o más personas sigue sin resolverse. Uno de los acusados admitió la semana pasada ante la Justicia que mantuvo una relación (masturbación) con la chica en esa fiesta del 22 de diciembre pero que fue consentida. Los otros cinco acusados han utilizado su derecho a no declarar. Sin embargo, las declaraciones del abogado de los jugadores, dando a entender que la joven los buscó, que tal vez ella los abusó y otras sugerencia sobre la posibilidad de una fábula, obligó a la chica a dar su testimonio a través de los medios.

La denunciante envió una carta en la que marca una postura muy fuerte y contraataca. A continuación el texto.

Solo una mente perversa inventaría algo así

Quiero contar lo más triste que me pasó en la vida. Nunca imaginé encontrarme en esta situación tan dolorosa. Si fuera por mí, no desearía hablar de algo que tanto daño me hace, pero es tanta la presión y la impotencia, que decidí expresar un poco de lo que siento frente a tanta injusticia.

Me parece muy injusto haber ido a una fiesta a pasar un buen rato con mis amigas y que haya terminado todo tan mal como terminó, que cinco “hombres” hayan abusado de mí. Nunca me imaginé y menos sospeché que gente de mi entorno, con las cuales compartimos la misma pasión por el rugby, me traicionaran de esta manera.

Quiero y necesito aclarar que en ningún caso, ni bajo ninguna circunstancia, hubiera aceptado estar en esa horrible situación con cinco hombres. Esa noche no di mi consentimiento para nada de todo lo que pasó. Me robaron mi dignidad sin importarles nada. Solo fui una “cosa” que usaron para calmar sus más bajos instintos. Me quitaron la posibilidad de decidir sobre mi propio cuerpo. “Ellos” decidieron por mí.

No es normal que cinco hombres se acuesten con la misma mujer en tan poco tiempo y frente a personas mayores. Ya no es suficiente decir no, a mí ni siquiera me dejaron decir "NO".

Como si todo lo que pasó esa noche fuera poco, mi vida cambió y se volvió un infierno. No es solamente denunciar el hecho y listo, no. Significa someterme a miles de cosas horribles e ir a lugares

donde no quiero estar. Es intentar procesar todo lo que pasó y estoy pasando, y buscarle algún sentido. Tener que escuchar que mienten sobre lo ocurrido, que digan que yo violé a un grupo de cinco hombres, que yo busqué esto por haber ido a la fiesta y tomado alcohol, que busco prensa, dinero y mil cosas más, dignas de personas verdaderamente muy malas, poco racionales y, prácticamente, nada humanas. 

Dicen que esto yo lo inventé, que podría sacar provecho, solo en una mente perversa, esta sea una manera. Nadie inventaría una cosa así. Significa estar mal, angustiada, llorar todo el tiempo y de la nada, no poder sonreír con las mismas ganas y felicidad que antes lo hacía, es intentar estar bien sin poder lograrlo. Abandonar todas mis actividades cotidianas. Es tan difícil entender que la vida sigue.

No deseo semejante dolor a nadie, ni siquiera a las personas que tanto daño me hicieron y me siguen haciendo. Ojalá nunca se encuentren con una hermana, una madre, una hija, una nieta, una novia, una amiga, ni a nadie en esta situación.

Los acusados

 Maximiliano Filizzola, Ezequiel Pelaia, Lisandro Biffi, Sebastián Vanin, Ignacio Ceschín y Enzo Falaschi